da del
Uruguay, con los de San Nicolas que estan de esta, juntaron a
toda prisa 11 partidas contra los Espanoles que se iban
acercando: a saber, los Concepcionistas, las Nicolasistas, los
Tomistas, y finalmente los de la Cruz, los de los Apostoles, con
los de San Carlos y San Jose, los de San Xavier, y tambien los
de San Borja: pero, habiendo mudado de parecer, se apresuraban a
unirse a los de Yapeyu. Demas de esto, los de los Martires, que
ahora poco ha, persuadidos del cura, se habian resuelto a
marchar, se quedaron atras: asi decian, pero falsamente, porque
se fueron despues en canoas por el rio Uruguay. Solo un indio,
unico del pueblo de Santa Maria, que poco ha habia sido depuesto
del cargo de capitan de dicho pueblo, con algunos pocos
companeros, se fue a los reales de los suyos a aumentarlos, no
en numero sino en animo: se contaban 150 de cada pueblo, y no es
bastantemente cierto si se juntaron tantos o menos. De los demas
pueblos de la otra banda del Uruguay, se juntaron tropas
auxiliares de 25 hombres de a caballo, y 60 a pie del pueblo de
San Miguel; mas un nuevo caso o suceso, y otros nuevos avisos,
obligaron a quedar en sus limites.
46. Era el dia de la fiesta de la Asumpcion, cuando tres
Luisistas, que poco ha con astucia y perfidia habian sido
cautivados en el Rio Verde, (o como dicen los Portugueses,
_Pardo_, siendo por ellos mas conocido con este nombre) el dia
antes de la fiesta se aparecieron en este puerto, cuando menos
los esperaban. Estos contaban las siguientes cosas, es a saber:
que despues de haber pasado dos semanas de cautiverio en la
fortaleza del Rio Pardo, los llevaban rio abajo en una lancha a
otro fuerte de los Portugueses, situado en la boca del Rio
Grande, y de aquel grande estanque, para que fuesen presentados
al Virey y autor de todos estos males--el iniquisimo Gomez
Freire. Eran 50 los cautivos, custodiados por 15 o 16
Portugueses que los acompanaban. Por lo que, vista tan pequena
guardia, y incitados por algunos espanoles que iban alli, los
cuales dijeron que los llevaban a matar, conspiraron en matar la
guardia, y ponerse en libertad, y no prevalecieron los pareceres
de algunos que no aprobaban el motin por defecto de armas y
discordia de los animos. La ultima deliberacion fue contra los
Portugueses, y asi inopinadamente acometieron a los guardas, que
acaso iban gobernando los remos y velas; y habien
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