de
ser companeros del ejercito en el camino. Uno de estos, a la
primera noche, cuando todos dormian cerca del bosque, llego
herido terriblemente en la cara por un tigre: curosele, y
habiendo sido enviado al pueblo, los demas se fueron a los suyos
a avisarles la llegada del ejercito.
30. El Martes, habiendose disipado el granizo y la niebla, se
encaminaron ocho leguas, desde las orillas del Rio Yagui hasta
el Rio Curutuy; y alli se acampo a la vista de un penasco del
monte San Miguel, llamado del Lavatorio por los Ibiticaray. La
figura de este penasco es del todo admirable, porque como desde
su raiz se eleva suavemente, de repente se levanta hasta la
cumbre, y en el remate se endereza a manera de pared.
31. Miercoles 22 de Abril: aunque estuviese malo con garua y
nubes, vistas las orillas del rio, lo hallamos crecido de tal
suerte, que no teniendo en otras ocasiones apenas cinco pasos de
anchura la puente que era indispensable echarle, se debia
estenderlo a sesenta. Se fabrico dicho puente con palos clavados
en el arroyo, afianzados estos pertigos con varas, y sobre estas
se entretejieron otras a lo largo: y asi dieron paso a la gente.
Por este puente, fabricado a toda priesa, las cuatro piezas de
artilleria se transportaron primeramente en hombros de los
indios, y despues todo el tren de armas y caballos: hubieras
visto con risa a un muchacho indio pasar a la otra parte su
perro sobre los hombros. Pero la mayor dificultad y trabajo fue
pasar las tropas de caballos, bueyes y vacas, que eran mas de
3,000; porque como el arroyo era rapido, y poblado en el medio
de muchas malezas y arbolillos, a los que nadaban, o del todo
los arrebataba, o los enredaba, y tambien los sorbia y ahogaba.
Se echaron pues al arroyo, por una y otra parte, veinte
nadadores, que impelian, arrimaban y forzaban con las voces y
manos a los caballos, mulas y otros animales, hasta tanto, que
todo aquel gran numero hubo pasado el rio. Al mediodia estuvo ya
todo el egercito en la otra banda, y caminadas aun el mismo dia
dos o tres leguas, cuando se habia ya campado, 30 Lorenzistas,
que seguian el ejercito, lo aumentaron en algo, aunque menos de
lo que se esperaba.
32. Seguiase despues la fiesta de San Marcos, y se invoco el
auxilio de todos los moradores celestiales, con la misa, y
letanias que se acostumbran en la iglesia, dentro del toldo o
pabellon, porque e
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