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--Son muy bonitos.
--Mas que los que hace Mme. Clement ya son.
Y se enfrascaron por breves momentos en una platica de moda.
La nina de Calderon, que era bastante fea, poseia, no obstante, cierto
atractivo que provenia acaso de sus cortos anos, acaso tambien de una
boca de labios gruesos y frescos y dientes iguales y blancos, donde la
sensualidad habia dejado su sello. La ultima de Alcudia era una chicuela
de temperamento enfermizo, que no tenia mas que huesos y ojos.
--Oye--le dijo Esperanza cuando se hubieron cansado de hablar de
sombreros--, ?sabes que el ultimo dia que he estado en el colegio les
lleve el retrato de mi hermanito?... Veras que paso mas gracioso. Lo han
retratado desnudo, y como tiene aquello descubierto, la hermana Maria de
la Saleta no queria ensenarlo a las ninas. Las chicas comenzaron a
gritar: "iqueremos verlo! iqueremos verlo!" ?Sabes lo que hizo entonces?
Pues lo fue ensenando con la mano puesta encima, dejando solo ver el
pecho y la cabeza.
--iChica, que gracia tiene eso!--exclamo Pacita soltando la carcajada.
Esperanza la secundo, riendo ambas de tan buena gana que concluyeron por
llamar la atencion de la tertulia, sobre todo de la marquesa, que volvio
a dirigir a su hija una mirada severisima.
Entraba en aquel momento una senora que representaba cuarenta anos; el
rostro, hermoso aun, pintado, con senales impresas mas que de los anos,
de una vida agitada y galante.
--Aqui esta Pepa Frias--dijo sonriendo Mariana, la esposa de Calderon.
--Eso es; aqui esta Pepa Frias--respondio con afectado mal humor la
misma--. Una mujer que no tiene pizca de vergueenza al poner los pies en
esta casa.
Los tertulios rieron.
--?Tu te crees por lo visto que soy de la Inclusa? ?que no tengo casa?
Pues si que la tengo, Salesas, 60, principal.... Es decir, la tiene el
casero.... Pero le pago, lo que no haran seguramente todos tus
inquilinos. Perdone usted, Pinedo; no le habia visto.... Y tambien tengo
mis sabados ... y no hay tanto calor como aqui iuf! y doy chocolate y
te, y conversacion y todo ... lo mismo que aqui.
Mientras decia esto, iba saludando a los circunstantes con semblante
furioso. Pero como todos sabian a que atenerse, reian.
Era una mujer metida en carnes, los cabellos artificialmente rubios, los
ojos un poco saltones, pero hermosos, la boca fresca y sensual; una
mujer agradable, en suma, que habia tenido y que seguia teniendo, a
pesar de sus anos, muchos apasionados.
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