primera presa, habia poeticos rincones
llenos de espadanas y de saucos, y una pequena gruta por donde brotaba
un manantial.
Al volver de nuestras expediciones, a Shacu se le habia pasado la
rabieta. Unicamente alguna vez nos recomendo, en tono de malhumor, que
no volvieramos a coger el _Cachalote_. Al domingo siguiente se lo
volviamos a robar.
Un dia nos decidimos a pasar la barra, y desde entonces perdimos el
miedo y entrabamos y saliamos del puerto con el _Cachalote_, aunque
hubiera mucho oleaje.
[Ilustracion]
[Ilustracion]
XI
EL NAUFRAGIO DEL "STELLA MARIS"
Una manana de otono, tendria yo entonces catorce o quince anos, vino
Recalde, antes de entrar en clase en la Escuela de Nautica, y nos llamo
a Zelayeta y a mi.
Una goleta acababa de encallar detras del monte Izarra, cerca de las
rocas de Frayburu.
Recalde el Bravo, padre de nuestro camarada Joshe Mari, y otro patron,
llamado Zurbelcha, habian salido en una trincadura para recoger a los
naufragos. Decidimos, Zelayeta, Recalde y yo no entrar en clase, y,
corriendo, nos dirigimos por el monte Izarra hasta escalar su cumbre.
Hacia un tiempo obscuro, el cielo estaba plomizo, y una barra amoratada
se destacaba en el horizonte; el viento soplaba con furia, llevando en
sus rafagas gotas de agua. Las masas densas de bruma volaban rapidamente
por el aire. Tomamos el camino del borde mismo del acantilado; las olas
batian alli abajo haciendo estremecerse el monte. La niebla iba
ocultandolo todo, y el mar se divisaba a ratos con una palida claridad
que parecia irradiar de las aguas.
Contemplabamos atentos el telon gris de la bruma. De pronto, tras de un
golpe furioso de viento, salio el sol, iluminando con una luz cadaverica
el mar lleno de espuma y de color de barro.
Con aquella claridad de eclipse vimos entre las olas la lancha que
intentaba acercarse a la goleta encallada.
--?Es tu padre el que va de patron?--le pregunte yo a Recalde.
--No, es Zurbelcha--me dijo el.
Zurbelcha, envuelto en el sudeste, encorvado hacia adelante, llevaba el
remo que hacia de timon, era el practico que conocia mejor la costa y
los arrecifes.
Un movimiento a destiempo, y la lancha se estrellaria entre las rocas.
Zurbelcha tenia los nervios de acero, y una precision de algo
matematico. Los remos se hundian y se levantaban ritmicamente; a veces
los remeros daban una pasada para atras, con el objeto de no avanzar,
sin duda esquivando alguna roca. Olas c
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