FREE BOOKS

Author's List




PREV.   NEXT  
|<   51   52   53   54   55   56   57   58   59   60   61   62   63   64   65   66   67   68   69   70   71   72   73   74   75  
76   77   78   79   80   81   82   83   84   85   86   87   88   89   90   91   92   93   94   95   96   97   98   99   100   >>   >|  
agerando un poco, le hablo a dona Hortensia de mi familia, de nuestra casa solariega de Luzaro, de mis antepasados.... Al oir los detalles de nuestro preclaro abolengo, la amabilidad de la bella senora aumento. Dona Hortensia sentia una extremada debilidad por las preeminencias nobiliarias, y resulto cosa no muy rara entre vascongados, que teniamos un apellido comun. --Debemos ser parientes--dijo ella. --Es muy posible--repuse yo. --Pues si eres algo pariente mio, no te choque que te hable de tu, porque a mi me pareces todavia un chiquillo. Yo, completamente confundido y turbado, le dije que me alegraria de esta confianza por su parte. Estabamos hablando cuando entro, acompanada de una criada vieja, la hija de dona Hortensia, Dolorcitas, una muchachita de catorce o quince anos, preciosa. Don Ciriaco estuvo con ella como un viejo galante de la corte de Versalles. Dolorcitas se parecia a su madre; pero era mas pequena de estatura, de ojos mas negros y de tez algo mas morena. Tenia una gran movilidad en la expresion y mucha gracia hablando. ?Habra que decir que yo estuve en su presencia torpe, turbado, hecho un tonto? No, no es necesario. Me encontraba en la edad del pavo, no habia tratado a ninguna mujer y era naturalmente timido. Dona Hortensia dijo al criado: --Digale al senor que le esperamos para almorzar. Media hora despues vino don Matias Cepeda y fue presentado a el. El senor Cepeda no era un hombre simpatico ni mucho menos; tenia la cara dura, juanetuda, la nariz chata, la frente pequena y el bigote corto y cerdoso. Con don Ciriaco el senor Cepeda estuvo muy atento, y hasta pretendio ser ocurrente; a mi no me miro. Sin duda, el no tener cincuenta anos, para don Matias era una impertinencia. Solamente me dirigio una frase, y esta me escocio: --Ten cuidado--me dijo--, porque aqui, en Cadiz, te van a tomar el pelo. Despues de almorzar, don Matias y don Ciriaco se retiraron para hablar de negocios, y dona Hortensia y Dolorcitas quisieron ensenarme la casa. Esto halagaba su vanidad. La casa era enorme. Se traslucia alli un verdadero delirio de grandezas: el suelo era de marmol, los salones vastisimos, con techos pintados e historiados; los miradores tan anchos y espaciosos como si fueran otras habitaciones. En los testeros se veian espejos de toda la pared, y en los pasillos se levantaban estatuas y fuentes de alabastro. Yo entonces aun no habia visto nada, no podia comprender la dif
PREV.   NEXT  
|<   51   52   53   54   55   56   57   58   59   60   61   62   63   64   65   66   67   68   69   70   71   72   73   74   75  
76   77   78   79   80   81   82   83   84   85   86   87   88   89   90   91   92   93   94   95   96   97   98   99   100   >>   >|  



Top keywords:

Hortensia

 

Ciriaco

 

Dolorcitas

 
Cepeda
 

Matias

 
estuvo
 

pequena

 

porque

 
hablando
 
almorzar

turbado

 

dirigio

 
pretendio
 
Solamente
 
impertinencia
 

ocurrente

 

cincuenta

 

juanetuda

 

presentado

 
hombre

simpatico

 
despues
 

Digale

 

criado

 

esperamos

 

bigote

 
frente
 
cerdoso
 

atento

 

negocios


habitaciones

 

testeros

 

espejos

 

fueran

 

espaciosos

 

historiados

 

miradores

 
anchos
 

comprender

 

entonces


levantaban
 

pasillos

 
estatuas
 
fuentes
 
alabastro
 

pintados

 

techos

 
retiraron
 
Despues
 

hablar