ijo que no a todo. O su mujer o nada. Menchaca prometio hacerla su
mujer y Hortensia cedio. En el momento del matrimonio, Menchaca, que era
voluble, se escapo del pueblo, dejando a Hortensia embarazada.
La muchacha, nada timida, al ver su abandono, vendio las joyas que le
habia regalado el amante y se presento con su hija en Cadiz. Menchaca
estaba en Filipinas; Hortensia fue a Filipinas, encontro a Menchaca y le
obligo a casarse con ella.
Menchaca era un hombre exaltado, brutal, atrevido, con ideas geniales,
capaz de cosas buenas y de cosas malas. Menchaca no era un hombre
completo; creia como en un articulo de fe en esa simpleza de que a las
mujeres no hay que tomarlas en serio. Te lo dice un viejo, y un viejo
solteron que ha adorado a las mujeres; Shanti, no creas nada de lo que
digan ellas, y menos lo que te digan de ellas. No creas que una mujer
es, por serlo, debil o timida o poco inteligente. El sexo es una
indicacion muy vaga y las variaciones son infinitas. Si quieres saber
como es una mujer, primeramente no te enamores de ella; despues
estudiala con tranquilidad, y cuando la conozcas bien ... te pasara que
ya no te importara nada por ella.
--Tratare de seguir su consejo.
--Si puedes, pilotin; si puedes.... Como iba diciendo, a pesar de que
Menchaca tenia medios de comprobar que Hortensia era un caracter, no
quiso verlo ni reconocerlo. Menchaca se habia asociado con este don
Matias Cepeda que has visto; asociacion extrana desde el punto de vista
del caracter, porque Menchaca era un hombre atrevido y lleno de
iniciativas, y, por el contrario, Cepeda es el tipo vulgar del
comerciante escamon que va marchando rutinariamente sobre seguro. Cepeda
es un asturiano que vino aqui sin un cuarto y hoy tiene una gran
fortuna.
--Pues eso, don Ciriaco, no me parece de tontos.
--?Pero tu sabes por que medio ha hecho Cepeda su fortuna?
--No.
--Pues con su fisico.
--?Con su fisico? Tiene gracia.
--Si, con su fisico. Tu diras que no es un Adonis; pero la fealdad en un
hombre no es casi nunca un obstaculo. Cepeda llego a Cadiz, de sus
montanas de Asturias, y entro de dependiente en un gran almacen de
azucar, de cafe y de cacao de la calle de la Aduana; luego se caso con
la duena, y esta, al morir, le instituyo heredero unico, con lo que
quedo viudo y riquisimo.
Cepeda era naturalmente timido con su dinero; Menchaca le impulso a los
negocios y los dos ganaron millones. El uno completaba al otro. Menchaca
e
|