n un suave
murmullo.
A veces, un golpe de mar violento hacia estremecerse a todo el barco, y,
entonces, los hierros y argollas, la rueda del timon y la obra muerta,
rechinaban como con una protesta de malhumor.
--?Podremos salir de aqui sin tomar el canal por donde hemos
entrado?--pregunte yo.
--Con la marea alta saldremos mas facilmente--dijo Recalde.
En esto oimos un crujido fuerte.
--?Que pasa?--nos preguntamos los tres.
No nos pudimos dar cuenta de lo que ocurria.
XIII
LA GRUTA DEL IZARRA
Nos asomamos a la borda. El _Cachalote_ estaba hundido, sujeto a la
amarra. Sin duda, al chocar el bote con alguna piedra, se habia abierto.
?Que ibamos a hacer? ?Como volver a Luzaro?
Zelayeta propuso subirse al trozo de palo mas alto de los dos que
quedaban a la goleta, y pedir auxilio desde alli, si pasaba cerca alguna
lancha pescadora; pero este remedio era lento y poco eficaz. A Recalde
debio parecerle, ademas, el procedimiento un tanto humillante, y dijo
que teniamos que sacar el bote.
Entre los tres, tirando de la amarra, pudimos extraer del agua la
chanela sumergida; pero no teniamos fuerza para subirla hasta la
cubierta del _Stella Maris,_ y fuimos llevandola hasta el lado donde no
azotaban las olas, entre el barco y Frayburu.
Asi dejamos el bote, medio atado, medio sostenido en el agua. Recalde se
desnudo, se descolgo por un trozo de escala hasta sostenerse en unas
rocas, y el empujando, y Zelayeta y yo tirando de la cuerda, logramos
poner la lanchita a flote. A mi me daba espanto ver a Recalde en medio
del agua, y le dije que subiera, pero el afirmo que no corria el menor
peligro.
El _Cachalote_ tenia entre las costillas una rajadura como de un palmo
de larga.
--Echadme trozos de cuerda--dijo Recalde.
Le echamos todos los que pudimos encontrar, y fue rellenando la abertura
hasta cerrarla por completo. Como las cuerdas estaban empapadas en brea,
servian muy bien. Despues, cuando concluyo de cerrar la via de agua,
dijo:
--Dadme la ropa.
Le echamos la ropa, y se fue vistiendo despacio.
--Aqui no podemos ir mas que dos--anadio--. Esto no resiste mas; uno que
reme y otro que vaya achicando el agua y teniendo cuidado de que no se
abra el boquete. ?Quien de vosotros va a venir?
--Dilo tu--contesto Zelayeta, no muy entusiasmado.
--Bueno; que venga Shanti. ?Donde esta el achicador?
--Debe estar en el bote, si no se ha ido al agua--le dije yo.
--Sin achicador no podemos
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