rious race of swarthy Gnomes, and the fire by the exalted and
glorious nation of Salamanders, who are supreme in the elementary
hierarchy. There is a close analogy in the natures of all these
intelligences with the more lofty constitution of certain angelical
choirs.... the Seraphim, Virtues, and Powers (being) of a fiery
character, the Cherubim terrestrial, the Thrones and Archangels
aquatic, while the Dominations and Principalities are aerial." A. E.
Waite, _The Occult Sciences_, London, 1891, p. 37.
The elementary spirits are believed to be without souls. "Sometimes,
however, an elementary spirit procures a soul by means of a loving
union with one of the human race. At other times, the reverse
happens, and the soul of the mortal is lost, who, leaving the haunts
of men, associates with those soulless, but often amiable and
affectionate beings." Idem, pp. 35-36. See p. 24, note 2, and p. 43,
note 1.]
"Larvas de las fuentes,[1] abandonad el lecho de musgo y caed sobre
nosotras en menuda lluvia de perlas.
[Footnote 1: See p. 47, note 1.]
"Escarabajos de esmeralda, luciernagas de fuego, mariposas negras,[1]
venid!
[Footnote 1: These insects figure frequently in popular mythology.
Consult de Gubematis, _Zoological Mythology_, London, 1872, 2 vols.]
"Y venid vosotros todos, espiritus de la noche, venid zumbando como un
enjambre de insectos de luz y de oro.
"Venid, que ya el astro protector de los misterios[1] brilla en la
plenitud de su hermosura.
[Footnote 1: The moon.]
"Venid, que ha llegado el momento de las transformaciones
maravillosas.
"Venid, que las que os aman os esperan impacientes."
Garces, que permanecia inmovil, sintio al oir aquellos cantares
misteriosos que el aspid de los celos le mordia el corazon, y
obedeciendo a un impulso mas poderoso que su voluntad, deseando romper
de una vez el encanto que fascinaba sus sentidos, separo con mano
tremula y convulsa el ramaje que le ocultaba, y de un solo salto se
puso en la margen del rio. El encanto se rompio, desvaneciose todo
como el humo, y al tender en torno suyo la vista, no vio ni oyo mas
que el bullicioso tropel con que las timidas corzas, sorprendidas en
lo mejor de sus nocturnos juegos, huian espantadas de su presencia,
una por aqui, otra por alla, cual salvando de un salto los matorrales,
cual ganando a todo correr la trocha del monte.
--iOh! bien dije yo que todas estas cosas no eran mas que
f
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