quando ya ha visto la conexion que tiene con los principios
primitivos; asi quando decimos _Pedro es piedra_, en la nocion de Pedro
considera el juicio la de hombre, la de viviente sensitivo y racional; y
en la de la piedra concibe la de un cuerpo duro, e incapaz de vida y
sentimiento, y no pudiendo juntar, ni combinar realmente estas nociones,
no asiente a semejante proposicion.
[20] Por esto sera bien advertir, que tenemos muchas percepciones de las
cosas sin asentir a ellas, y por consiguiente, que no es lo mismo
pensar, que consentir. Muchos de conciencia delicada se equivocan en
esto, porque no se paran a meditar lo que les sucede en la variedad de
sus pensamientos; pero si reflexionan un poco, conoceran claramente, que
las percepciones que tenemos por los sentidos, puesta la buena
disposicion de sus organos, no pueden dexar de seguirse a las
impresiones, que estos reciben. Son pues, como lo hemos explicado,
libres el asenso y disenso, que pertenecen al juicio; y como este asunto
sea importantisimo, sera bien declararse con algunos exemplos.
Presentase Ariston delante de un arbol o de un jardin, y si tiene los
ojos sanos y bien dispuestos, no puede dexar de ver aquellos objetos.
Estara a la verdad en su albedrio algunas veces ponerse delante del
jardin o del arbol; mas ya puesto y aplicado a mirarlos, no puede evitar
el verlos. Si el arbol es grande o pequeno, y el jardin ameno y
divertido, luego acompanara a la vision de ellos el juicio afirmativo:
_El jardin es ameno_, _el arbol es grande_, y estas proposiciones son en
todas maneras afirmativas, porque al tiempo que junta al _arbol_ la
nocion de _grande_, por el uso y experiencia de las cosas, sabe que le
conviene, y asi lo afirma y lo consiente; y lo mismo sucede quando la
nocion de la amenidad la apropia al jardin. Supongamos ahora, que
Ariston es curioso en las cosas naturales, y luego su curiosidad le
mueve a saber que arbol es el que tiene por _grande_. Aqui no hallandose
con bastantes principios experimentales para asegurarlo, queda dudoso, o
suspende su juicio, y esta suspension, sin afirmar ni negar, no es otra
cosa que el exercicio de su libertad, con la qual consiente, disiente o
suspende el asenso y disenso a su albedrio. Mas ya Ariston examinando
las partes del arbol, su forma externa, su figura, y todas las demas
cosas necesarias, combinandolas con otras de que tiene ciencia y
experiencia cierta, asiente a que el arbol _grande_ es _almendro_. No
hay
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