insultada....
--Esta noche tengo que hacer--repuso laconica y secamente
Caballuco.
[20] --Ya lo oyes, Remedios. Deja tu diligencia para
manana.
--Eso si que no puede ser. Ire sola.
--No, no iras, sobrina mia. Tengamos la fiesta en paz.
El Sr. Ramos tiene que hacer y no puede acompanarte.
[25] Figurate que eres injuriada por ese hombre grosero....
--iInsultada... insultada una senora por ese!...--exclamo
Caballuco.--Vamos, no puede ser.
--Si usted no tuviera ocupaciones... ibah, bah! ya
estaria yo tranquilo.
[30] --Ocupaciones tengo--dijo el Centauro levantandose
de la mesa;--pero si es empeno de usted....
Hubo una pausa. El Penitenciario habia cerrado los
ojos y meditaba.
--Empeno mio es, Sr. Ramos--dijo al fin.
--Pues no hay mas que hablar. Iremos, senora dona Maria. 204
--Ahora, querida sobrina--- dijo D. Inocencio entre serio
y jovial,--puesto que hemos concluido de cenar, traeme la
jofaina.
[5] Dirigio a su sobrina una mirada penetrante, y acompanandolas
de la accion correspondiente, profirio estas palabras:
--Yo me lavo las manos.
XXVIII
De Pepe Rey a D. Juan Rey
_Orbajosa 12 de Abril_.
"Querido padre: perdoneme usted si por primera vez le
desobedezco no saliendo de aqui, ni renunciando a mi proposito.
[10] El consejo y ruego de usted son propios de un
padre bondadoso y honrado: mi terquedad es propia de un
hijo insensato; pero en mi pasa una cosa singular; terquedad
y honor se han juntado y confundido de tal modo, que
la idea de disuadirme y ceder me causa vergueenza. He
[15] cambiado mucho. Yo no conocia estos furores que me
abrasan. Antes me reia de toda obra violenta, de las exageraciones
de los hombres impetuosos, como de las brutalidades
de los malvados. Ya nada de esto me asombra, porque
en mi mismo encuentro a todas horas cierta capacidad
[20] terrible para la perversidad. A usted puedo hablarle como
se habla a solas con Dios y con la conciencia; a usted
puedo decirle que soy un miserable, porque es un miserable
quien carece de aquella poderosa fuerza moral contra si
mismo, que castiga las pasiones y somete la vida al duro
[25] regimen de la conciencia. He carecido de la entereza cristiana
que contiene el espiritu del hombre ofendido en u
|