--Pues arriba.... Aqui hay unos ladrillos gastados
[30] por donde suben los chicos a robar fruta.
--Arriba pronto. Yo voy a llamar a la puerta principal
para que despierte la senora, si es que duerme.
El Centauro subio, no sin dificultad. Monto a caballo
breve instante sobre el muro, y despues desaparecio entre
la negra espesura de los arboles. Maria Remedios corrio 213
desalada hacia la calle del Condestable, y cogiendo el aldabon
de la puerta principal, llamo... llamo tres veces con
toda el alma y la vida.
XXXI
Dona Perfecta
[5] Ved con cuanta tranquilidad se consagra a la escritura la
senora dona Perfecta. Penetrad en su cuarto, a pesar de lo
avanzado de la hora, y la sorprendereis en grave tarea,
compartido su espiritu entre la meditacion y unas largas y
concienzudas cartas que traza a ratos con segura pluma y
[10] correctos perfiles. Dale de lleno en el rostro y busto y manos
la luz del quinque, cuya pantalla deja en dulce penumbra
el resto de la persona y la pieza casi toda. Parece una
figura luminosa evocada por la imaginacion en medio de las
vagas sombras del miedo.
[15] Es extrano que hasta ahora no hayamos hecho una afirmacion
muy importante, y es que dona Perfecta era hermosa,
mejor dicho, era todavia hermosa, conservando en su semblante
rasgos de acabada belleza. La vida del campo, la falta
absoluta de presuncion, el no vestirse, el no acicalarse, el
[20] odio a las modas, el desprecio de las vanidades cortesanas
eran causa de que su nativa hermosura no brillase o brillase
muy poco. Tambien la desmejoraba la intensa amarillez que
tenia su rostro, indicando una fuerte constitucion biliosa.
Negros y rasgados los ojos, fina y delicada la nariz, ancha
[25] y despejada la frente, todo observador la consideraba como
acabado tipo de la humana figura; pero habia en aquellas
facciones cierta expresion de dureza y soberbia que era
causa de antipatia. Asi como otras personas, aun siendo
feas, llaman, dona Perfecta despedia. Su mirar, aun acompanado
[30] de bondadosas palabras, ponia entre ella y las personas
extranas la infranqueable distancia de un respeto 214
receloso; mas para las de casa, es decir, para sus deudos,
parciales y allegados, tenia una singula
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