dio camino al importuno, y
no paro hasta la cocina de su padre, donde se presenta con el humor mas
perro del mundo.
--iConcholes, que hombre!--exclama por todo saludo al hallarse entre la
familia.
--Pero ?que te pasa?--dice el tio Jeromo.
--iQue me ha de pasar? Ese fantasioso de mayorazgo..., isiempre con su
latin!
--?Y que cuidao te da a ti? ?No has estudiao tres anos ya? ?Por que no
le contestas?
--Porque no soy tan jaque como el.... Y luego el ha estudiado por otro
arte. El mio no trae todas esas androminas que el sabe.... iConcholes!,
como quisiera entrarme a _piscologia_ ... ise mas de ello!
--?Y cuando cantas misa?--anade la tia Simona cayendosele la baba y
mientras contemplan de hito en hito al estudiante sus dos
hermanos.--Mira que el lugar esta perdio.... El senor cura es tan
viejo....
--Y que no sabe una palabra, madre. iSi fueramos nusotros! iConcholes,
cuanto aprendemos! Veran que sermones echo los dias senalados....
III
Como quiera que no sea el objeto principal de este articulo retratar al
hijo mayor del tio Jeromo, hago caso omiso de todo el dialogo promovido
por su despecho contra el mayorazgo, y vamos a seguir con nuestro asunto
comenzado, asistiendo a la cena de esta honrada familia en la noche de
Navidad.
Despues que el estudiante retira del fuego el puchero del guisado para
que el calor de la lumbre le seque a el el lodo de los pantalones, y
cuando su hermana ha recogido con gran esmero el balandran y las
camisas, toma aquel el jarro de la leche, ya que el papel del azucar le
tiene su padre, y se dispone a auxiliar a su madre y a su hermana en la
preparacion de las tostadas, amenizando el trabajo con el relato de sus
proezas y aventuras de estudiante.
Cuando cada manjar "le puede comer un angel" de bien sazonado que esta,
como dice la tia Simona, y todos ellos quedan cuidadosamente arrimados a
la lumbre para que se conserven en buena temperatura, precedese a otra
operacion no menos solemne que la cena misma: poner la mesa _perezosa_.
Esta mesa se reduce a un tablero rectangular sujeto a una pared de la
cocina por un eje colocado en uno de los extremos; el opuesto se asegura
a la misma pared por medio de una tarabilla. Suelta esta, baja la mesa
como el rastrillo de una fortaleza, y se fija en la posicion horizontal
por medio de un pie, o tentemozo que pende del mismo tablero.
La perezosa no se usa en las aldeas mas que en el dia del santo
patrono, en la noche de Navida
|