tos
del Cid. Pobre pintor de costumbres, atengome a mi oficio: copiarlas
como Dios me da a entender y hasta grabarlas en mi corazon.
Por eso, mientras expongo este bosquejo a la consideracion de los
hombres _que pueden_, dado que se dignasen echar sobre el una mirada,
puesta mi esperanza en Dios, que es la mayor esperanza de los
desgraciados, me limito a exclamar, desde el fondo de mi corazon, con mi
tierno amigo Bustillo:
"iAy, Senor!
Pues la ley en su rigor
los afectos no concilia,
haz que los hombres se hermanen,
porque al luchar no profanen
el amor de la familia."
FOOTNOTES:
[Footnote 6: El contramaestre.]
LA PRIMAVERA
Deja, Fabio, esa lira
que tanto te recrea,
o aprende lo que ignoras
y canta lo que aprendas.
Basta de idilios tiernos,
basta de dulces eglogas;
no mas pastores, Fabio;
Fabio, no mas praderas.
Yo quise entre los rusticos
paisajes de mi tierra
buscar de tus cantares
la realidad perfecta;
y iay, Fabio!, tu no has visto
jamas la primavera.
Tu no has pisado el "campo
de terciopelo y seda";
ni respiraste el "fresco
cefirillo que juega
de los sombrios bosques
con la enrramada espesa";
ni la cascada viste
que "rauda se despena
en el profundo abismo
desde la altura inmensa";
ni "matizadas flores"
cojiste entre la yerba,
ni oistes el "murmullo
del que manso la riega,
arroyo cristalino
do beben las Napeas
y encuentran las pastoras
cristal que les refleja
de sus cabellos de oro
las ondulantes hebras";
ni el trino has escuchado
de "mil y mil parleras,
pintadas avecillas,
de las de arpada lengua,
entre el follaje verde
de misteriosa selva";
ni vistes el cabrito
"triscar la mata fresca,
trepar de roca en roca
la timida gacela,
ni sobre el facil soto
rumiar la mansa oveja",
ni, en fin, esos primores
que describir intentas
en las limadas coplas
que, tierno, canturreas.
Tu _campo_ es un tapete,
tus _bosques_ son macetas,
tus _flores_, inodoras,
tus _cefirillos,_ hielan;
de trapo son tus
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