e apoyo,
manosear el sombrero y luchar con sus grenas, comenzo asi el aldeano:
--Pues, senor, yo soy, pa lo que uste mande, Cleto Rejones, y vivo aqui,
a la esquierda, cancia la juenti, como el que tira a la mies del
Jalecho, en una casa sola que uste habra visto al ir a cazar esta
manana..., que tiene un _higar_ delante....
--La del suceso que me has contado--anadio don Silvestre, dirigiendose
a su amigo.
--Adelante--contesto este, mas interesado ya en saber el objeto de la
visita.
--Pues, senor, resulta _de_ que yo, a la vera de la casa, tengo un
gueerto de carro y medio de tierra, que, en buena hora lo diga, es una
alhaja pa el dicho de coger patatas y posarmos pa el avio de la casa...;
como que el viudo del Cueto me daba por el un prao de cinco carros y un
rodal viejo, y no se le quise cambiar.... iQue me muera de repente si es
mentira!
--Si nadie lo pone en duda, hombre de Dios--repuso, riendose, el de
Madrid.--Pero vamos a ver lo que usted desea.
--A eso voy de contao.... Resulta de que yo, como decia, tengo un gueerto
de carro y medio de tierra a la vera de la casa, y de que ese gueerto
tiene una pare que le cierra sobre si. Resulta de que esta pare se vino
a tierra esta manana, por la parte de la calleja.
--De lo que doy fe porque lo vi.... Adelante....
--Resulta de que, al caer la pare, quedo un juriaco abierto.
--Claro esta.
--Y por ese juriaco entraron despues, con perdon de uste, _dos de la
vista baja_[7].
--Adelante.
--Y estos dos de la vista baja, con perdon de uste, me jocaron el
gueerto, me comieron las patatas, me tronzaron los posarmos y me
desbarataron dos semilleros de cebollas....
--Hombre, ique lastima!--exclamo, verdaderamente condolido, el noble
forastero.
--Como uste lo oye, senor: crea uste que para mi ha sido hoy un dia
desgraciao.
Y el bueno del aldeano, al decir esto, menudeaba mas y mas los giros de
su sombrero, y bregaba, hasta sudar, con los mechones de su aspera
cabellera.
El huesped de don Silvestre, creyendo que las pretensiones del aldeano
se reducian a pedirle alguna cantidad para reparar la averia, dispusose
desde luego a darsela bien cumplida; pero no quiso hacerlo sin que el
aldeano se insinuase de alguna manera, temiendo herir su _delicadeza_.
--Y ?que es lo que usted pretende de mi?--repuso con intencion.
--Senor--contesto el aldeano,--yo quisiera que se nombrase una presona
que fuera a reconocer el dano, y que le tasara.
--No esta
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