e
liquido, la escanciadora se retiro al centro de la sala, y exclamo en el
tonillo de rigor:
--A rial, para los dolientes.
--iPara un rayo que te parta!--grito la mujer que antes habia renido con
ella.--?Adonde se han dio dos azumbres de aguardiente que debia haber en
la jarra?
--Pos al colaero tuyo y al de otras tan borrachonas como tu--replico la
interpelada, con desgarro.
--Oiga uste, desolladora, ?va eso conmigo?--dijo una tercera mujer.
--Uste lo sabra.... Y, por ultimo, la que se pica ajo ha comido.
--Es que si fuera conmigo....
--Si fuera contigo te lo aguantarias.
--iO no!
--iO si, te digo!
--iQue no, y rete que no!
--iQue si, y rete que si! Y si has pensao que porque esta aqui el tu
marido me he de morder yo la lengua y me he de amarrar las manos, te
llevas chasco.... Mira, pa el y pa ti.
Y la escanciadora del aguardiente, fingiendo una sonrisa de desprecio
hasta alcanzarse las orejas con los extremos de su boca, escupio en
medio del corro con la desenvoltura mas provocativa. Pero su adversaria,
no bien llego la saliva al suelo, rugiendo como una pantera, salto sobre
la retadora, y asiendola con todas sus fuerzas por el pelo, la hizo
tocar el polvo con las narices; en seguida, de otro tiron la metio la
cabeza entre sus piernas; oprimiosela a su gusto; y tendido el cuerpo,
sobre las espaldas de su victima, alargo la mano izquierda hasta cogerle
las sayas por la altura de las pantorrillas; enarbolo la diestra,
tremula y amenazante...; y a no acudir la viuda a detenerla, hubiera
castigado delante de la reunion a su enemiga, con la ofensa mas
terrible que se puede hacer a estas mujeres: con una azotina _a telon
corrido_.
Detras de la viuda acudieron algunos hombres, y a fuerza de sacudidas y
porrazos, lograron separar a aquellas dos furias, que parecian haberse
adherido entre si.
--iDolervos de mis lagrimas!--gritaba la dolorida pescadora.
--iVaya uste mucho con Dios, zalamerona, cubijera!--la contesto, con un
empellon, la vencedora.
--iYo cubijera!... iyo!--aullo aquella, transformandose repentinamente
en una loba rabiosa.
--iTu, si!... Y esa bribonaza que me habeis quitao de entre las manos,
te corria los cubijos cuando tu probe marido supo lo que eras: esa te
traia el aguardiente y te vendia los cuatro trapos para comprarlo.... iY
tu, tu matastes al infeliz a pesaumbres!
--iNiegueme Dios su gloria si yo no abro en canal a esta bribona!...
Dejamela, no vos atraveseis de
|