irimonia
que _nuestros tatarabuelos_
nos dejaron prevenio
se observara con rispeto";
la _Buena Gloria_, repito, continuo despues en toda su escandalosa
solemnidad, a despecho de sermones, de anatemas y del entremes citado;
atraveso impavida epocas de tirantez e intolerancia, y sin que nada haya
podido contra ella, logro aclimatarse en la moderna atmosfera de fosforo
y vapor, y aqui existen todavia en uso sus inconcebibles practicas[10].
FOOTNOTES:
[Footnote 9: En otras copias, que yo no he visto, del mismo entremes,
parece declararse ser su autor don Pedro Garcia Diego, vista, que fue,
de la real aduana de este puerto.
(_Nota del A. en la ed. de 1876_.)]
[Footnote 10: No me atreveria hoy a asegurar que se conserve en
Santander esta costumbre tan arraigada como aun lo estaba cuando se
publico este cuadro por primera vez; pero tampoco me comprometo a
afirmar que se ha desterrado enteramente. _(Nota del A. en la ed. de
1876.)_]
EL JANDALO
I
Despues que lanza el invierno
el penultimo suspiro,
y cuando montes y penas
de este rincon bendecido
sobre campo de esmeralda
pardos levantan los picos,
y mas clara el agua corre,
y en sus cauces van los rios,
llega el esplendido mayo
sobre las auras mecido,
despejando el horizonte
y aliviando reumatismos;
tras de mayo viene junio,
como siempre ha sucedido,
y San Juan, segun el orden
que va siguiendo hace siglos,
antes que junio se acabe
da al pueblo su dia magnifico.
Todo lo cual significa,
para evitar laberintos,
que en San Juan vienen los jandalos
y que entonces vino el mio.
Ya tocaba en el ocaso
del sol el fulgido disco,
y sobre el campo cayendo
leves gotas de rocio,
daban vida a los maizales
y al retono ya marchito,
cuando en la loma de un cerro
a cierto lugar vecino,
cuyo nombre no hace al caso,
y por eso no le cito,
un jinete aparecio[11]
sobre indefinible bicho,
pues desde el lomo a los pechos
y desde el rabo al hocico,
llevaba mas alamares
que sustos pasa un marido.
Todo un _curro_ era el jinete,
a juzgar por su trapio:
faja negra, calanes
y sobre la faja un cinto
c
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