Yo ?que
os he de decir para consolaros? Que os he visto nacer,
que habeis jugado en mis brazos y en mis rodillas ... y
que diera yo porque recobraseis la paz del alma y fuerais
feliz iay!, diera yo todos los dias que me faltan que vivir, 55
menos uno para verlo.
ISABEL. ?Feliz, Teresa? Con este vestido, ?como
he de ser feliz? iPesa tanto, me ahoga tanto!...
Quitamele, Teresa. (_Levantandose_.)
TERESA. Senora, que viene don Rodrigo. 60
ISABEL. iDon Rodrigo! Busca pronto a mi madre.
(_Vase Teresa_.)
ESCENA II
DON RODRIGO.--ISABEL
RODRIGO. Mis ojos por fin os ven
a solas, angel hermoso.
Siempre un amargo desden
y un recato rigoroso 65
me han privado de este bien.
--Tremula estais: ocupad
la silla.
ISABEL. iAnte mi senor!
RODRIGO. Esclavo direis mejor.
Soberana es la beldad 70
en el reino del amor.
ISABEL. iMentida soberania!
RODRIGO. De mi rendimiento fiel,
que dudarais no creia.
iSi a conocer, Isabel, 75
llegaseis el alma mia!...
ISABEL. ?Para que? Senas ha dado
que indican su indole bella.
RODRIGO. Mi destino desastrado
solo mostrar me ha dejado 80
lo deforme que hay en ella.
Un Azagra conoceis
orgulloso y vengativo;
y otro por fin hallareis
que en vuestro rigor esquivo 85
figuraros no podeis.
El Azagra que os adora,
el Azagra para vos,
aun no le visteis, senora;
y nos conviene a los dos 90
una explicacion ahora.
ISABEL. Mis padres pueden mandar,
yo tengo que obedecer,
nada pretendo saber:
hiciera bien en callar 95
quien ha logrado vencer.
RODRIGO. El vencedor, que aparece
lleno ante vos de amargura,
manifestaros ofrece
que sabe lo que merece 100
dona Isabel de Segura.
Os vi, y en vos admire
virtud y belleza rara:
digno de vos me juzgue,
y uniros a mi jure, 105
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