de unos conjurados moros,
y el Rey vertio sus tesoros
en el, y aqui le envio.
El desprecio la liviana
inclinacion de la infiel.... 190
ISABEL. iOh! iSi!
ADEL. Y airada con el
vino, y se vengo villana
contando su falso fin.
ISABEL. iElla!
ADEL. Con una gavilla
de bandidos, a Marsilla 195
detuvo, ya en el confin
de Teruel, donde veloces
corriendo en tropel armado,
le hallamos a un tronco atado,
socorro pidiendo a voces. 200
ISABEL. Calla, moro: no mas.
ADEL. Pasa
mas, y es bien que te aperciba.
--La Sultana fugitiva
se ha refugiado en tu casa:
en esta.
ISABEL. iAqui mi rival! 205
ADEL. Tu esposo la liberto.
ISABEL. iElla donde habito yo!
ADEL. Guardate de su punal.
Por celos alla en Valencia
matar a Marsilla quiso. 210
ISABEL. A tiempo llega el aviso.
ADEL. Confirma tu la sentencia
que justo lanzo el Amir.
Por esa mujer malvada
para siempre separada 215
de Marsilla has de vivir.
Ella te arrastra al odioso
talamo de don Rodrigo.
Enviala tu conmigo
al que le apresta su esposo, 220
pena digna del ultraje
que siente.
ISABEL. Si, moro; salga
pronto de aqui, no le valga
el fuero del hospedaje.
Como perseguida fiera 225
entro en mi casa: pues bien,
al cazador se la den,
que la mate donde quiera.
Mostrarse de pecho blando
con ella, fuera rayar 230
en loca: voy a mandar
que la traigan arrastrando.
Sean de mi furia jueces
cuantas pierdan lo que pierdo.
iJesus! Cuando yo recuerdo 235
que hoy pude... iJesus mil veces!
No le ha de valer el llanto,
ni el ser mujer, ni ser bella,
ni reina. iSi soy por ell
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