ni havia Herramientas,
ni Hierro, ni Fragua, ni Estopa, ni Pez, ni Xarcias, finalmente, ni cosa
ninguna de tantas como son menester, ni quien supiese nada para dar
industria en ello: i sobre todo no haver que comer, entretanto que se
hiciesen, i los que havian de trabajar del arte que haviamos dicho; i
considerando todo esto, acordamos de pensar en ello mas de espacio, i
ceso la platica aquel dia, i cada vno se fue, encomendandolo a Dios
Nuestro Senor, que lo encaminase por donde el fuese mas servido. Otro
dia quiso Dios, que vno de la Compania vino diciendo, que el haria vnos
Canones de palo, i con vnos Cueros de Venado se harian vnos Fuelles: i
como estabamos en tiempo, que qualquiera cosa que tuviese alguna
sobrehaz de remedio, nos parescia bien, diximos, que se pusiese por
obra: i acordamos de hacer de los Estrivos, i Espuelas, i Ballestas, i
de las otras cosas de Hierro, que havia, los Clavos, i Sierras, i
Hachas, i otras Herramientas, de que tanta necesidad havia para ello; i
dimos por remedio, que para haver algun mantenimiento, en el tiempo que
esto se hiciese, se hiciesen quatro entradas en Aute, con todos los
Caballos, i Gente, que pudiesen ir, i que a tercero dia se matase vn
Caballo, el qual se repartiese entre los que trabajaban en la Obra de
las Barcas, i los que estaban enfermos: las entradas se hicieron con la
Gente, i Caballos que fue posible, i en ellas se traxeron hasta
quatrocientas hanegas de Maiz, aunque no sin contiendas, i pendencias
con los Indios. Hecimos coger muchos Palmitos, para aprovecharnos de la
lana, i cobertura de ellos, torciendola, i aderescandola, para vsar en
lugar de Estopa para las Barcas, las quales se comencaron a hacer con vn
solo Carpintero, que en la Compania havia; i tanta diligencia pusimos,
que comencandolas a quatro dias de Agosto, a veinte dias de el Mes de
Septiembre eran acabadas cinco Barcas, de a veinte i dos codos cada vna,
calafeteadas con las Estopas de los Palmitos, i breamoslas con cierta
Pez de Alquitran, que hico vn Griego, llamado Don Teodoro, de vnos
Pinos: i de la misma ropa de los Palmitos, i de las colas, i crines de
los Caballos, hecimos cuerdas, i Xarcias: i de las nuestras Camisas,
Velas; i de las Sabinas, que alli havia, hecimos los Remos, que nos
parescio que era menester; i tal era la Tierra en que nuestros pecados
nos havian puesto, que con mui gran trabajo podiamos hallar piedras para
Lastre, i Ancles de las Barcas, ni en toda ella haviamos visto n
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