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Tierra adentro mas de cinquenta leguas, i al cabo de ellas hallamos
quarenta Casas, i entre otras cosas que nos dieron, hovo Andres Dorantes
vn Cascavel gordo, grande, de Cobre, i en el figurado vn rostro, i esto
mostraban ellos, que lo tenian en mucho, i les dixeron, que lo havian
havido de otros sus Vecinos: i preguntandoles, que donde havian havido
aquello? dixeronles, que lo havian traido de acia el Norte, i que alli
havia mucho, i era tenido en grande estima; i entendimos, que do quiera
que aquello havia venido, havia fundicion, i se labraba de Vaciado, i
con esto nos partimos otro dia, i atravesamos vna Sierra de siete
Leguas, i las Piedras de ella eran de Escorias de Hierro; i a la noche
llegamos a muchas Casas, que estaban asentadas a la Ribera de vn mui
hermoso Rio, i los Senores de ellas salieron a medio camino a
rescebirnos con sus Hijos acuestas, i nos dieron muchas Taleguillas de
Margagita, i de Alcohol molido, con esto se vntan ellos la cara, i
dieron muchas Cuentas, i muchas Mantas de Vacas, i cargaron a todos los
que venian con nosotros de todo quanto ellos tenian. Comian Tunas, i
Pinones: ai por aquella Tierra Pinos chicos, i las Pinas de ellas son
como Huevos pequenos, mas los Pinones son mejores que los de Castilla,
porque tienen las cascaras mui delgadas; i quando estan verdes,
muelenlos, i hacenlos Pellas, i ansi los comen; i si estan secos, los
muelen con cascaras, i los comen hechos polvos. Y los que por alli nos
rescebian, desque nos havian tocado, bolvian corriendo hasta sus Casas,
i luego daban buelta a nosotros, i no cesaban de correr, iendo, i
viniendo. De esta manera traiannos muchas cosas para el camino. Aqui me
traxeron vn Hombre, i me dixeron, que havia mucho tiempo que le havian
herido con vna Flecha por el espalda derecha, i tenia la punta de la
Flecha sobre el coracon, decia que le daba mucha pena, i que por aquella
causa siempre estaba enfermo. Yo le toque, i senti la punta de la
Flecha, i vi, que la tenia atravesada por la ternilla, i con vn Cuchillo
que tenia le abri el pecho hasta aquel lugar, i vi que tenia la punta
atravesada, i estaba mui mala de sacar; torne a cortar mas, i meti la
punta del Cuchillo, i con gran trabajo en fin la saque. Era mui larga, i
con vn Hueso de Venado, vsando de mi Oficio de Medicina, le di dos
puntos; i dados, se me desangraba, i con raspa de vn Cuero le estanque
la sangre; i quando huve sacado la punta, pidieronmela, i Yo se la di, i
el Pueblo todo v
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