e es despoblada, hasta la Mar del Norte, es mui desastrada, i pobre,
donde pasamos grande, i increible hambre; i los que por aquella Tierra
habitan, i andan, es Gente crudelisima, i de mui mala inclinacion, i
costumbres. Los Indios, que tienen Casa de aliento, i los de atras,
ningun caso hacen de Oro, i Plata, ni hallan que pueda haver provecho de
ello.
_CAP. XXXIII. Como vimos rastro de Christianos._
Despues que vimos rastro claro de Christianos, i entendimos, que tan
cerca estabamos de ellos, dimos muchas gracias a Dios Nuestro Senor, por
querernos sacar de tan triste, i miserable captiverio; i el placer que
de esto sentimos, juzguelo cada vno, quando pensare el tiempo que en
aquella Tierra estuvimos, i los peligros, i trabajos porque pasamos.
Aquella noche Yo rogue a vno de mis Companeros, que fuese tras los
Christianos, que iban por donde nosotros dexabamos la Tierra asegurada,
i havia tres dias de camino. A ellos se les hico de mal esto,
escusandose por el cansancio, i trabajo: i aunque cada vno de ellos lo
pudiera hacer mejor que Yo, por ser mas recios, i mas mocos, mas vista
su voluntad, otro dia por la manana tome conmigo al Negro, i once
Indios, i por el rastro que hallaba, siguiendo a los Christianos, pase
por tres Lugares, donde havian dormido: i este dia anduve diez Leguas; i
otro dia de manana alcance quatro Christianos de Caballo, que
rescibieron gran alteracion de verme tan estranamente vestido, i en
compania de Indios. Estuvieronme mirando mucho espacio de tiempo, tan
atonitos, que ni me hablaban, ni acertaban a preguntarme nada. Yo les
dixe, que me llevasen adonde estaba su Capitan: i asi fuimos media Legua
de alli, donde estaba Diego de Alcaraz, que era el Capitan; i despues de
haverlo hablado, me dixo, que estaba mui perdido alli, porque havia
muchos dias, que no havia podido tomar Indios, i que no havia por donde
ir, porque entre ellos comencaba a haver necesidad, i hambre; Yo le
dixe, como atras quedaban Dorantes, i Castillo, que estaban diez Leguas
de alli, con muchas Gentes, que nos havian traido: i el embio luego tres
de Caballo, i cinquenta Indios, de los que ellos traian: i el Negro
bolvio con ellos para guiarlos, i Yo quede alli, i pedi, que me diesen
por Testimonio el Ano, i el Mes, i Dia, que alli havia llegado, i la
manera en que venia, i ansi lo hicieron. De este Rio, hasta el Pueblo de
los Christianos, que se llama Sant Miguel, que es de la Governacion de
la Provincia, que dice
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