os de donde salia el Sol, i ellos donde
se pone: i que nosotros sanabamos los enfermos, i ellos mataban los que
estaban sanos: i que nosotros veniamos desnudos, i descalcos, i ellos
vestidos, i en Caballos, i con Lancas: i que nosotros no teniamos
cobdicia de ninguna cosa, antes todo quanto nos daban, tornabamos luego
a dar, i con nada nos quedabamos, i los otros no tenian otro fin, sino
robar todo quanto hallaban, i nunca daban nada a nadie; i de esta manera
relataban todas nuestras cosas, i las encarescian por el contrario de
los otros; i asi les respondieron a la Lengua de los Christianos, i lo
mismo hicieron saber a los otros, por vna Lengua, que entre ellos havia,
con quien nos entendiamos, i aquellos que la vsan llamamos propriamente
Primahaitu (que es como decir Vascongados) la qual mas de quatrocientas
Leguas de las que anduvimos, hallamos vsada entre ellos, sin haver otra
por todas aquellas Tierras. Finalmente nunca pudo acabar con los Indios
creer, que eramos de los otros Christianos, i con mucho trabajo, i
importunacion los hecimos bolver a sus Casas, i les mandamos, que se
asegurasen, i asentasen sus Pueblos, i sembrasen, i labrasen la Tierra,
que de estar despoblada estaba ia mui llena de Monte, la qual sin dubda
es la mejor de quantas en estas Indias ai, i mas fertil, i abundosa de
Mantenimientos, i siembran tres veces en el Ano. Tiene muchas Frutas, i
mui hermosos Rios, i otras muchas Aguas mui buenas. Ai muestras grandes,
i senales de Minas de Oro, i Plata: la Gente de ella es mui bien
acondicionada: sirven a los Christianos (los que son Amigos) de mui
buena voluntad. Son mui dispuestos mucho mas que los de Mexico; i
finalmente, es Tierra, que ninguna cosa le falta; para ser mui buena.
Despedidos los Indios, nos dixeron, que harian lo que mandabamos, i
asentarian sus Pueblos, si los Christianos los dexaban; i Yo asi lo
digo, i afirmo por mui cierto, que si no lo hicieren, sera por culpa de
los Christianos.
Despues que hovimos embiado a los Indios en paz, i regraciadoles el
trabajo, que con nosotros havian pasado, los Christianos nos embiaron
(debaxo de cautela) a vn Cebreros, Alcalde, i con el otros dos. Los
quales nos llevaron por los Montes, i despoblados, por apartarnos de la
conversacion de los Indios, i porque no viesemos, ni entendiesemos lo
que de hecho hicieron: donde paresce quanto se enganan los pensamientos
de los Hombres, que nosotros andabamos a les buscar libertad, i quando
pensabamos que
|