nada, i aprovechada para seguir qualquiera cosa bien
aparejada.
_CAP. XXXII. De como nos dieron los coracones de los venados._
En el Pueblo donde nos dieron las Esmeraldas, dieron a Dorantes mas de
seiscientos coracones de Venado abiertos, de que ellos tienen siempre
mucha abundancia para su mantenimiento, i por esto le pusimos nombre, el
Pueblo de los Coracones, i por el es la entrada para muchas Provincias,
que estan a la Mar del Sur; i si los que la fueren a buscar, por aqui no
entraren, se perderan; porque la Costa no tiene Maiz, i comen Polvo de
Bledo, i de Paja, i de Pescado, que toman en la Mar con Balsas, porque
no alcancan Canoas. Las Mugeres cubren sus verguencas con Yerva, i Paja.
Es Gente mui apocada, i triste. Creemos, que cerca de la Costa, por la
via de aquellos Pueblos, que nosotros truximos, ai mas de mil Leguas de
Tierra poblada, i tienen mucho mantenimiento, porque siembran tres veces
en el Ano Frisoles, i Maiz. Ai tres maneras de Venados, los de la vna de
ellas son tamanos como Novillos de Castilla: ai Casas de asiento, que
llaman Buhios, i tienen Yerva, i esto es de vnos Arboles, al tamano de
Mancanos, i no es menester mas de coger la Fruta, i vntar la Flecha con
ella; i sino tiene Fruta, quiebran vna Rama, i con la Leche que tienen
hacen lo mesmo. Ai muchos de estos Arboles, que son tan ponconosos, que
si majan las Hojas de el, i las laban en alguna Agua allegada, todos los
Venados, i qualesquier otros Animales, que de ella beben, rebientan
luego. En este Pueblo estuvimos tres dias, i a vna jornada de alli
estaba otro, en el qual nos tomaron tantas Aguas, que porque vn Rio
crescio mucho no lo podimos pasar, i nos detuvimos alli quince dias. En
este tiempo Castillo vio al cuello de vn Indio vna Evilleta de Talabarte
de Espada, i en ella cosido vn Clavo de herrar: tomosela, i
preguntamosle, que cosa era aquella? i dixeronnos, que havian venido del
Cielo. Preguntamosle mas, que quien la havia trido de alla? i
respondieron, que vnos Hombres que traian barbas como nosotros, que
havian venido del Cielo, i llegado a aquel Rio, i que traian Caballos, i
Lancas, i Espadas, i que havian alanceado dos de ellos; i lo mas
disimuladamente que podimos les preguntamos, que se havian hecho
aquellos Hombres? i respondieronnos, que se havian ido a la Mar, i que
metieron las Lancas por debaxo del Agua, i que ellos se havian tambien
metido por debaxo, i que despues los vieron ir por cima, acia puesta del
Sol.
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