el Rio hallariamos
Casas, i muchas Tunas, i de aquella Harina, i ansi nos despedimos de
ellas, porque iban a los otros, donde haviamos partido, i anduvimos
hasta puesta del Sol, i llegamos a vn Pueblo de hasta veinte Casas,
adonde nos rescibieron llorando, i con grande tristeca, porque sabian
ia, que adonde quiera que llegabamos eran todos saqueados, i robados de
los que nos acompanaban, i como nos vieron solos, perdieron el miedo, i
dieronnos Tunas, i no otra cosa ninguna. Estuvimos alli aquella noche, i
al Alva los Indios que nos havian dexado el dia pasado, dieron en sus
Casas; i como los tomaron descuidados, i seguros, tomaronles quanto
tenian, sin que tuviesen lugar donde asconder ninguna cosa, de que ellos
lloraron mucho: i los robadores para consolarles los decian, que eramos
Hijos del Sol, i que teniamos poder para sanar los enfermos, i para
matarlos, i otras mentiras, aun maiores que estas, como ellos las saben
mejor hacer quando sienten que les conviene: i dixeronles, que nos
llevasen con mucho acatamiento, i tuviesen cuidado de no enojarnos en
ninguna cosa, i que nos diesen todo quanto tenian, i procurasen de
llevarnos donde havia mucha Gente, i que donde llegasemos robasen ellos,
i saqueasen lo que los otros tenian, porque asi era costumbre.
_CAP. XXIX. De como se robaban los unos a los otros._
Despues de haverlos informado, i senalado bien lo que havian de hacer,
se bolvieron, i nos dexaron con aquellos; los quales teniendo en la
memoria lo que los otros les havian dicho, nos comencaron a tratar con
aquel mismo temor, i reverencia que los otros, i fuimos con ellos tres
jornadas, i llevaronnos adonde havia mucha Gente; i antes que llegasemos
a ellos avisaron como ibamos, i dixeron de nosotros todo lo que los
otros les havian ensenado, i anadieron mucho mas, porque toda esta Gente
de Indios, son grandes amigos de Novelas, i mui mentirosos, maiormente
donde pretenden algun interese. Y quando llegamos cerca de las Casas,
salio toda la Gente a rescebirnos con mucho placer, i fiesta: i entre
otras cosas, dos Fisicos de ellos nos dieron dos Calabacas, i de aqui
comencamos a llevar Calabacas con nosotros, i anadimos a nuestra
autoridad esta cerimonia, que para con ellos es mui grande. Los que nos
havian acompanado saquearon las Casas, mas como eran muchas, i ellos
pocos, no pudieron llevar todo quanto tomaron, i mas de la mitad dexaron
perdido; i de aqui por la Halda de la Sierra nos fuimos metiendo por l
|