acaron lo que havian escondido, i
vinieronnoslo a presentar, i esto era Cuentas, i Almagra, i algunas
Taleguillas de Plata. Nosotros, segun la costumbre, dimoslo luego a los
Indios, que con nos venian; i quando nos lo hovieron dado, comencaron
sus Bailes, i Fiestas, i embiaron a llamar otros de otro Pueblo, que
estaba cerca de alli, para que nos viniesen a ver, i a la tarde vinieron
todos, i nos traxeron Cuentas, i Arcos, i otras cosillas, que tambien
repartimos; i otro dia, queriendonos partir, toda la Gente nos queria
llevar a otros Amigos suios, que estaban a la punta de las Sierras, i
decian, que alli havia muchas Casas, i Gente, i que nos darian muchas
cosas, mas por ser fuera de nuestro camino no quesimos ir a ellos, i
tomamos por lo llano, cerca de las Sierras, las quales creiamos que no
estaban lexos de la Costa. Toda la Gente de ella es muy mala, i teniamos
por mejor de atravesar la Tierra, porque la Gente que esta mas metida
adentro, es mas bien acondicionada, i tratabannos mejor, i teniamos por
cierto, que hallariamos la Tierra mas poblada, i de mejores
mantenimientos. Lo vltimo haciamos esto, porque atravesando la Tierra,
viamos muchas particularidades de ella; porque si Dios Nuestro Senor
fuese servido de sacar alguno de nosotros, i traerlo a Tierra de
Christianos, pudiese dar nuevas, i relacion de ella. Y como los Indios
vieron, que estabamos determinados de no ir por donde ellos nos
encaminaban, dixeronnos, que por donde nos queriamos ir, no havia Gente,
ni Tunas, ni otra cosa alguna que comer: i rogaronnos que estuviesemos
alli aquel dia, i ansi lo hicimos. Luego ellos embiaron dos Indios para
que buscasen Gente por aquel camino que queriamos ir: i otro dia nos
partimos, llevando con nosotros muchos de ellos, i las Mugeres iban
cargadas de Agua, i era tan grande entre ellos nuestra autoridad, que
ninguno osaba beber sin nuestra licencia. Dos leguas de alli topamos los
Indios que havian ido a buscar la Gente, i dixeron, que no la hallaban,
de lo que los Indios mostraron pesar, i tornaronnos a rogar que nos
fuesemos por la Sierra. No lo quisimos hacer, i ellos como vieron
nuestra voluntad, aunque con mucha tristeca, se despidieron de nosotros,
i se bolvieron el Rio abaxo a sus Casas, i nosotros caminamos por el Rio
arriba, i desde a vn poco topamos dos Mugeres cargadas, que como nos
vieron, pararon, i descargaronse, i traxeron nos de lo que llevaban, que
era Harina de Maiz, i nos dixeron, que adelante en aqu
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