re el concepto del infinito, de lo eterno, de lo inmenso,
no por los sentidos, sino por la reflexion. Conoce claramente que su ser
es limitado y muy ageno de ser participe de aquellos objetos. Estas
consideraciones le llevan a entender, que estas cosas se hallan en otro
Ser, que es eterno, infinito, e inmenso, y que no le puede enganar esta
percepcion mental, pues no descansa mas el entendimiento con la
percepcion de las cosas sensibles, quedando satisfecho de su existencia
quando se le presentan, que lo queda el juicio y la razon de las
reflexiones propuestas, las quales halla conexas con los primeros
principios que tiene en si para juzgar rectamente de las cosas, y son
nacidas de la fuerza innata que tiene el entendimiento para producirlas.
Anadese que por la facultad natural de juzgar alcanza el hombre, que es
_causa_ de una cosa aquello que a su presencia hace existir otra. Conoce
con mucha claridad, que no existe por si mismo, y por consiguiente su
ser depende de otro. Este conocimiento le extiende a las demas cosas
hasta llegar, como termino donde descansa, a un Ser de infinita
potencia, de donde dimanan todos los demas seres. Con estas reflexiones
entiende, que este Ser inmenso, omnipotente, y eterno es infinitamente
sabio: que piensa con infinita perfeccion sin poder errar: que tiene
conocimiento de todo infinitamente superior al suyo; de donde concluye
con buena razon, que este Ser supremo es espiritu puro, perfectisimo,
ageno de todo lo corporeo, e imposible de hallarse en la materia. Esto
no es mas que mostrar el origen de nuestros conocimientos, asi de los
que tienen por objeto lo material y corporeo, como los puros espiritus,
por lo que conduce a la Logica. La buena Metafisica anade a estas
primitivas reflexiones algunas otras con que se ilustra mas este asunto.
Quando las luces sobrenaturales de la Fe Divina, comunicada por la
Iglesia Catolica, entran en nuestro entendimiento, fortifican
extremamente estas verdades naturales, y se hermanan con ellas, de modo
que las nociones que las potencias mentales producen a la ocasion de
otras por su fuerza innata, se acomodan con las luces divinas, y juntas
ilustran el entendimiento para conocer a Dios, y alabar y engrandecer
sus infinitas perfecciones. Para conocer el predominio de cada una de
las potencias mentales, es preciso suponer que un gran talento merece
llamarse asi, quando todas son grandes y cumplidas. Mas este don
celestial es muy raro, y en un siglo enter
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