mos al Contador, i Pilotos lo que
haviamos visto, i las nuevas, que los Indios nos havian dado. Y otro
dia, que fue primero de Maio, el Governador llamo a parte al Comisario,
i al Contador, i al Veedor, i a mi, i a vn Marinero, que se llamaba
Bartolome Fernandez, i a vn Escrivano, que se decia Geronimo de Alaniz,
i asi juntos, nos dixo, que tenia en voluntad de entrar por la Tierra
adentro, i los Navios se fuesen costeando, hasta que llegasen al Puerto,
i que los Pilotos decian, i creian, que iendo la via de las Palmas,
estaban mui cerca de alli, i sobre esto nos rogo, le diesemos nuestro
parescer. Yo respondia, que me parescia, que por ninguna manera debia
dexar los Navios, sin que primero quedasen en Puerto seguro, i poblado,
i que mirase, que los Pilotos no andaban ciertos, ni se afirmaban en vna
misma cosa, ni sabian a que parte estaban: i que allende de esto, los
Caballos no estaban para que en ninguna necesidad que se ofreciese, nos
pudiesemos aprovechar de ellos: i que sobre todo esto, ibamos mudos, i
sin Lengua, por donde mal nos podiamos entender con los Indios, ni saber
lo que de la Tierra queriamos, i que entrabamos por Tierra, de que
ninguna relacion teniamos, ni sabiamos de que suerte era, ni lo que en
ella havia, ni de que Gente estaba poblada, ni a que parte de ella
estabamos: i que sobre todo esto, no teniamos Bastimentos para entrar
adonde no sabiamos; porque visto lo que en los Navios havia, no se podia
dar a cada Hombre de racion, para entrar por la Tierra, mas de vna libra
de Vizcocho, i otra de Tocino; i que mi parescer era, que se debia
embarcar, i ir a buscar Puerto, i Tierra; que fuese mejor para poblar,
pues lo que haviamos visto, en si era tan despoblada, i tan pobre,
quanto nunca en aquellas Partes se havia hallado. Al Comisario lo
parescio todo lo contrario; diciendo, que no se havia de embarcar, sino
que iendo siempre acia la Costa, fuesen en busca del Puerto, pues los
Pilotos decian, que no estaria sino diez, o quince Leguas de alli, la
via de Panuco; i que no era posible, iendo siempre a la Costa, que no
topasemos con el, porque decian, que entraba doce Leguas adentro por la
Tierra, i que los primeros que lo hallasen, esperasen alli a los otros,
i que embarcarse era tentar a Dios, pues desque partimos de Castilla
tantos trabajos haviamos pasado, tantas Tormentas, tantas perdidas de
Navios, i de Gente haviamos tenido, hasta llegar alli: i que por estas
racones el se debia de ir por luengo de
|