Ella me sera desde hoy mas preciosa,
si ya vuestro amigo quereisme llamar. 250
MARTIN. Amigos seremos. (_Danse las manos_.)
PEDRO. Siempre.
MARTIN. Siempre, si.
PEDRO. Y al cabo, ?que nuevas teneis de don Diego?
En hora menguada, vencido del ruego
de Azagra, la triste palabra le di.
Si antes vuestro hijo se dirige a mi, 255
icuanto ambas familias se ahorran de llanto!
No lo quiso Dios.
MARTIN. Yo su nombre santo
bendigo; mas lloro por lo que perdi.
PEDRO. Pero, ?que...?
MARTIN. Despues de la de Maurel,
donde cayo en manos del Conde Simon, 260
de nadie consigo senal ni razon,
por mas que anhelante pregunto por el.
Cada dia al cielo con suplica fiel
pido que me diga que punto en la tierra
sostienele vivo, o muerto le encierra: 265
mundo y cielo guardan silencio cruel.
PEDRO. El plazo no tuvo su fin todavia.
Piedad atesora inmensa el Eterno:
y mucho me holgara si fuera mi yerno
quien a mi Isabel tan fino queria. 270
Pero si no viene, y cumplese el dia,
y llega la hora ... por mas que me pesa,
me tiene sujeto sagrada promesa:
si fuera posible, no la cumpliria.
MARTIN. Diligencia escasa, fortuna severa 275
parece que en suerte a mi sangre cupo:
quien a la desgracia sujetar no supo,
sufrido se muestre cuando ella le hiera.
Adios.
PEDRO. No han de veros de aquesa manera.
Yo quiero esta espada; la mia tomad
(_Dasela_.) 280
en prenda segura de fiel amistad.
MARTIN. Acepto: un monarca llevarla pudiera.
(_Vase don Martin, y don Pedro le acompana_.)
ESCENA VI
MARGARITA, ISABEL
MARGARITA (_aparte, siguiendo con la vista a los dos que se
retiran_.)
Aunque nada les oi,
deben estar ya los dos
reconciliados.
ISABEL (_que viene tras su madre_). Por Dios, 285
madre, haced caso de mi.
MARGARITA. No; que es repugnancia loca
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