. Mal haria en aparecer ni antes ni despues de
mis bodas. El prometio renunciar a Isabel, si no se
enriquecia en seis anos; pero yo nada he prometido. Si
vuelve, uno de los dos ha de quedar solo junto a Isabel.
La mano que pretendemos ambos, no se compra con oro; 505
se gana con hierro, se paga con sangre.
MARGARITA. Vuestro lenguaje no es muy reverente
para usado en esta casa, y conmigo; pero os le perdono,
porque me perdoneis la pesadumbre que voy a daros.
Yo, noble don Rodrigo, yo que hasta hoy consenti en 510
vuestro enlace con Isabel, he visto por ultimo que de el
iba a resultar su desgracia y la vuestra. Tengo, pues, que
deciros, como cristiana y madre; tengo que suplicaros por
nuestro Senor y nuestra Senora, que desistais de un empeno,
ya poco distante de la temeridad. 515
RODRIGO. Ese empeno es publico, hace muchos anos
que dura, y se ha convertido para mi en caso de honor.
Es imposible que yo desista. No os opongais a lo que
no podreis impedir.
MARGARITA. Aunque habeis desairado mi ruego, tal 520
vez no le desaire mi esposo.
RODRIGO. Mucho alcanzais con el: adora en vos, y lo
mereceis, porque ha quince anos que os empleais en la
caridad y la penitencia... Pero ... ?os ha contado
ya la muerte de Roger de Lizana? 525
MARGARITA. iComo! ?Roger ha muerto?
RODRIGO. Si, loco y mudo, segun estaba; desgraciadamente,
segun merecia; y a los pies de don Pedro, como
era justo.
MARGARITA. iCielos! Nada sabia de ese infeliz. 530
RODRIGO. Ese infeliz era muy delincuente, era el
corruptor de una dama ilustre.
MARGARITA. iDon Rodrigo!
RODRIGO. La esposa mas respetable entre las de
Teruel. 535
MARGARITA. Por compasion.... Si Roger ha
muerto....
RODRIGO. Casi espiro en mis brazos. Yo tendi sobre
el feretro su cadaver, yo halle sobre su corazon unas
cartas.... 540
MARGARITA. iCartas!
RODRIGO. De mujer ... cinco ... sin firma todas.
Pero yo os las presentare, y vos me direis quien las ha
escrito.
MARGARITA. iCallad! icallad! 545
RODRIGO. Si no, acudire a vuestro esposo: bien
conoce la letra.
MARGARITA. iNo! iDadmelas, rompedlas, quemadlas!
RODRIGO. Se os entregaran; pero Isabel me ha de
entregar a mi su mano prim
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