ibros y papeles que sobre la mesa
y en diversos parajes estaban de servicio.
Despues de las preguntas y respuestas propias del caso,
D. Cayetano dijo:
[20] --Ya he visto la caja. Siento mucho que no me trajeras
la edicion de 1527. Tendre que hacer yo mismo un viaje a
Madrid.... ?Vas a estar aqui mucho tiempo? Mientras
mas, mejor, querido Pepe. iCuanto me alegro de tenerte
aqui! Entre los dos vamos a arreglar parte de mi biblioteca
[25] y a hacer un indice de escritores de la Gineta. No
siempre se encuentra a mano un hombre de tanto talento como
tu.... Veras mi biblioteca.... Podras darte en ella unos
atracones de lectura.... Todo lo que quieras.... Veras
maravillas, verdaderas maravillas, tesoros inapreciables,
[30] rarezas que solo yo poseo, solo yo.... Pero, en fin, me parece
que ya es hora de comer, ?no es verdad, Jose? ?No es verdad,
Perfecta? ?No es verdad, Rosarito? ?No es verdad, Sr.
D. Inocencio?... hoy es usted dos veces Penitenciario:
digolo porque nos acompanara usted a hacer penitencia.
El canonigo se inclino, y sonriendo mostraba 35
simpaticamente su aquiescencia. La comida fue cordial, y en todos
los manjares se advertia la abundancia desproporcionada de
los banquetes de pueblo, realizada a costa de la variedad.
[5] Habia para atracarse doble numero de personas que las alli
reunidas. La conversacion recayo en asuntos diversos.
--Es preciso que visite usted cuanto antes nuestra
catedral--dijo el canonigo.--iComo esta hay pocas, Sr.
D. Jose!... Verdad es que usted, que tantas maravillas
[10] ha visto en el extranjero, no encontrara nada notable en
nuestra vieja iglesia.... Nosotros los pobres patanes de
Orbajosa la encontramos divina. El maestro Lopez de
Berganza, racionero de ella, la llamaba en el siglo XVI
_pulchra augustina_.... Sin embargo, para hombres de tanto
[15] saber como usted, quiza no tenga ningun merito, y cualquier
mercado de hierro sera mas bello.
Cada vez disgustaba mas a Pepe Rey el lenguaje ironico
del sagaz canonigo; pero resuelto a contener y disimular
su enfado, no contesto sino con palabras vagas. Dona Perfecta
[20] tomo en seguida la palabra, y jovialmente se expreso
asi:
--Cuidado, Pepito; te advierto que si hablas mal de
nuestra santa iglesia, perderemos las amistades. Tu sabes
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