te que por
descuido de Dios esta en la tierra; eres un angel y yo te
adoro como un tonto.
Al decir esto, parecia haber desempenado una grave
[30] mision. Rosarito viose de subito dominada por tan viva
sensibilidad, que la escasa energia de su cuerpo no pudo
corresponder a la excitacion de su espiritu, y desfalleciendo,
dejose caer sobre una piedra que hacia las veces de asiento
en aquellos amenos lugares. Pepe se inclino hacia ella.
Noto que cerraba los ojos, apoyando la frente en la palma 50
de la mano. Poco despues, la hija de dona Perfecta
Polentinos dirigia a su primo, entre dulces lagrimas, una mirada
tierna, seguida de estas palabras:
[5] --Te quiero desde antes de conocerte.
Apoyadas sus manos en las del joven, se levanto, y sus
cuerpos desaparecieron entre las frondosas ramas de un
paseo de adelfas. Caia la tarde, y una dulce sombra se
extendia por la parte baja de la huerta, mientras el ultimo
[10] rayo del sol poniente coronaba de varios resplandores las
cimas de los arboles. La ruidosa republica de pajarillos
armaba espantosa algarabia en las ramas superiores. Era
la hora en que, despues de corretear por la alegre
inmensidad de los cielos, iban todos a acostarse, y se disputaban
[15] unos a otros la rama que escogian por alcoba. Su charla
parecia a veces recriminacion y disputa, a veces burla y
gracejo. Con su parlero trinar se decian aquellos tunantes
las mayores insolencias, dandose de picotazos y agitando
las alas, asi como los oradores agitan los brazos cuando
[20] quieren hacer creer las mentiras que estan diciendo.
Pero tambien sonaban por alli palabras de amor, que
a ello convidaban la apacible hora y el hermoso lugar.
Un oido experto hubiera podido distinguir las
siguientes:
[25] --Desde antes de conocerte te queria, y si no hubieras
venido me habria muerto de pena. Mama me daba a leer
las cartas de tu padre, y como en ellas hacia tantas
alabanzas de ti, yo decia: "este debiera ser mi marido."
Durante mucho tiempo, tu padre no hablo de que tu y yo nos
[30] casaramos, lo cual me parecia un descuido muy grande.
Yo no sabia que pensar de semejante negligencia.... Mi
tio Cayetano, siempre que te nombraba, decia: "Como ese
hay pocos en el mundo. La mujer que le pesque, ya se
puede tener por dichosa...." Por fin tu
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