ia de ser hijo de esta noble tierra por todo el oro del
mundo. _Augusta_ llamaronla los antiguos, _augustisima_ la
[20] llamo yo ahora, porque ahora, como entonces, la hidalguia,
la generosidad, el valor, la nobleza, son patrimonio de ella...
Con que buenas noches, querido Pepe... se me
figura que usted no esta bueno. ?Le ha hecho dano la
cena?... Razon tiene Alonzo Gonzalez de Bustamante
[25] en su _Floresta amena_ al decir que los habitantes de Orbajosa
bastan por si solos para dar grandeza y honor a un reino.
?No lo cree usted asi?
--iOh! si, senor, sin duda ninguna--repuso Pepe Rey,
dirigiendose bruscamente a su cuarto.
73
XI
=La discordia crece=
En los dias sucesivos Rey hizo conocimiento con varias
personas de la poblacion y visito el Casino, trabando amistades
con algunos individuos de los que pasaban la vida
en las salas de aquella corporacion.
[5] Pero la juventud de Orbajosa no vivia constantemente
alli, como podra suponer la malevolencia. Veianse por las
tardes en la esquina de la catedral y en la plazoleta formada
por el cruce de las calles del Condestable y la Triperia,
algunos caballeros que gallardamente envueltos en sus capas
[10] estaban como de centinela viendo pasar la gente. Si el
tiempo era bueno, aquellas eminentes lumbreras de la cultura
_urbsaugustense_ se dirigian, siempre con la indispensable
capita, al titulado paseo de las Descalzas, el cual se componia
de dos hileras de tisicos olmos y algunas retamas descoloridas.
[15] Alli la brillante pleyade atisbaba a las ninas de
D. Fulano o de D. Perencejo, que tambien habian ido a
paseo, y la tarde se pasaba regularmente. Entrada la
noche, el Casino se llenaba de nuevo, y mientras una parte
de los socios entregaba su alto entendimiento a las delicias
[20] del monte, los otros leian periodicos, y los mas discutian en
la sala del cafe sobre asuntos de diversa indole, como
politica, caballos, toros, o bien sobre chismes locales. El
resumen de todos los debates era siempre la supremacia de
Orbajosa y de sus habitantes sobre los demas pueblos y
[25] gentes de la tierra.
Eran aquellos varones insignes lo mas granado de la
ilustre ciudad, propietarios ric
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