pues el chirrido de cortinajes que
se corrian, algunas palabras, y por fin el tararear suave de
una cancion, el ladrido de un falderillo, y otras senales de
existencia social que parecian muy singulares en tal sitio.
[25] Observando bien, Pepe Rey vio que tales rumores procedian
de un enorme balcon con celosias, que frente por frente
a la ventana mostraba su corpulenta fabrica. No habia
concluido sus observaciones, cuando un socio del Casino
aparecio de subito a su lado, y riendo le interpelo de este
[30] modo:
--iAh! Sr. D. Pepe, ipicaron! ?se ha encerrado usted
aqui para hacer cocos a las ninas?
El que esto decia era D. Juan Tafetan, un sujeto amabilisimo,
y de los pocos que habian manifestado a Rey en el
Casino cordial amistad y verdadera admiracion. Con su 86
carilla bermellonada, su bigotejo tenido de negro, sus
ojuelos vivarachos, su estatura mezquina, su pelo con gran
estudio peinado para ocultar la calvicie, D. Juan Tafetan
[5] presentaba una figura bastante diferente de la de Antinoo;
pero era muy simpatico, tenia mucho gracejo y felicisimo
ingenio para contar aventuras graciosas. Reia mucho, y
al hacerlo, su cara se cubria toda, desde la frente a la barba,
de grotescas arrugas. A pesar de estas cualidades y del
[10] aplauso que debia estimular su disposicion a las picantes
burlas, no era maldiciente. Querianle todos, y Pepe Rey
pasaba con el ratos agradables. El pobre Tafetan, empleado
antano en la Administracion civil de la capital de la provincia,
vivia modestamente de su sueldo en la Secretaria
[15] de Beneficencia, y completaba su pasar tocando gallardamente
el clarinete en las procesiones, en las solemnidades
de la catedral y en el teatro, cuando alguna trailla de
desesperados comicos aparecia por aquellos paises con el alevoso
proposito de dar funciones en Orbajosa.
[20] Pero lo mas singular en D. Juan Tafetan era su aficion
a las muchachas guapas. El mismo, cuando no ocultaba su
calvicie con seis pelos llenos de pomada, cuando no se tenia
el bigote, cuande andaba derechito y espigado por la poca
pesadumbre de los anos, habia sido un Tenorio formidable.
[25] Oirle contar sus conquistas era cosa de morirse de risa,
porque hay Tenorios de Tenorios, y aquel fue de los mas
originales.
--?Que ninas? Yo no veo ninas en n
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