obernador, y hasta ahora yo....
Rascose la cabeza, fruncio el adusto ceno, y con lengua
cada vez mas torpe, prosiguio asi:
--Yo sere bruto, pesado, ignorante, querencioso, testarudo
[30] y todo lo que quieran; pero a caballero no me gana nadie.
--Lastima de Cid Campeador--dijo con el mayor
desprecio dona Perfecta.--?No cree usted, como yo, senor
Penitenciario, que en Orbajosa no hay ya un solo hombre
que tenga vergueenza?
--Grave opinion es esa--repuso el capitular, sin mirar 153
a su amiga ni apartar de su barba la mano en que apoyaba
el-meditabundo rostro.--Pero se me figura que este vecindario
ha aceptado con excesiva sumision el pesado yugo del
[5] militarismo.
Licurgo y los tres labradores reian con toda su alma.
--Cuando los soldados y las autoridades nuevas--dijo
la senora,--nos hayan llevado el ultimo real, despues de
deshonrado el pueblo, enviaremos a Madrid, en una urna de
[10] cristal, a todos los valientes de Orbajosa para que los
pongan en el Museo o les ensenen por las calles.
--iViva la senora!--exclamo con vivo ademan el que
llamaban Vejarruco.--Lo que ha dicho es como el oro.
No se dira por mi que no hay valientes, pues no estoy con
[15] los Aceros por aquello de que tiene uno tres hijos y mujer
y puede suceder cualquier estropicio; que si no....
--?Pero tu no has dado tu palabra al gobernador?--le
pregunto la senora.
--iAl gobernador!--exclamo el nombrado Frasquito
[20] Gonzalez.--No hay en todo el pais tunante que mas merezca
un tiro. Gobernador y Gobierno, todos son lo mismo. El
cura nos predico el domingo tantas cosas altisonantes sobre
las herejias y ofensas a la religion que hacen en Madrid....
iOh! habia que oirle.... Al fin dio muchos gritos en el
[25] pulpito, diciendo que la religion ya no tenia defensores.
--Aqui esta el gran Cristobal Ramos--dijo la senora,
dando fuerte palmada en el hombro del Centauro.--Monta
a caballo; se pasea en la plaza y en el camino real, para
llamar la atencion de los soldados; venle estos, se espantan
[30] de la fiera catadura del heroe y echan todos a correr
muertos de miedo.
La senora termino su frase con una risa exagerada que
se hacia mas chocante por el profundo silencio de los que
la oian. Caballuco estaba palido.
--Senor Pasolargo--continuo la
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