sus anos, y vestia
siempre de luto, a pesar de que su viudez era ya cuenta
muy larga.
Habian pasado cinco dias desde la entrada de Caballuco
[10] en casa del senor Penitenciario. Principiaba la noche.
Remedios entro con la lampara encendida en el cuarto de
su tio, y despues de dejarla sobre la mesa, se sento frente
al anciano, que desde media tarde permanecia inmovil y
meditabundo en su sillon, cual si le hubieran clavado en el.
[15] Sus dedos sostenian la barba, arrugando la morena piel no
rapada en tres dias.
--?Caballuco dijo que vendria a cenar aqui esta noche?--pregunto
a su sobrina.
--Si, senor, vendra. En estas casas respetables es donde
[20] el pobrecito esta mas seguro.
--Pues yo no las tengo todas conmigo a pesar de la respetabilidad
de mi casa--repuso el Penitenciario.--iComo
se expone el valiente Ramos!... Y me han dicho que
en Villahorrenda y su campina hay mucha gente... que
[25] se yo cuanta gente... ?Que has oido tu?
--Que la tropa esta haciendo unas barbaridades....
--iEs milagro que esos caribes no hayan registrado mi
casa! Te juro que si veo entrar uno de los de pantalon
encarnado, me caigo sin habla.
[30] --iBuenos, buenos estamos!--dijo Remedios, echando
en un suspiro la mitad de su alma.--No puedo apartar de
mi mente la tribulacion en que se encuentra la senora dona
Perfecta... iAy, tio! debe usted ir alla.
--?Alla esta noche?... Andan las tropas por las
calles. Figurate que a un soldadote se le antoja... La 190
senora esta bien defendida. El otro dia registraron la casa
y se llevaron los seis hombres armados que alli tenia; pero
despues se los han devuelto. Nosotros no tenemos quien
[5] nos defienda en caso de un atropello.
--Yo he mandado a Jacinto a casa de la senora para que
la acompane un ratito. Si Caballuco viene le diremos que
pase tambien por alla... Nadie me quita de la cabeza
que alguna gran fechoria preparan esos pillos contra nuestra
[10] amiga. iPobre senora, pobre Rosarito!... Cuando uno
piensa que esto podia haberse evitado con lo que propuse a
dona Perfecta hace dos dias....
--Querida sobrina--dijo flematicamente el Penitenciario,--hemos
hecho todo cuanto en lo humano cabia para
[15] realizar nuestro santo proposito... Ya no se puede mas.
Hemos fracasado, Remedios. Con
|