ar del sofoco
casi intolerable que producia su continuo afan de suspirar y 188
expresarse siempre en tono quejumbroso.
Pero en casa de dona Perfecta, aquella excelente senora
sufria una especie de _capitis diminutio_. En tiempos remotos
[5] y muy aciagos para la familia del buen Penitenciario, Maria
Remedios (si es verdad, ?por que no se ha de decir?) habia
sido lavandera en la casa de Polentinos. Y no se crea por
esto que dona Perfecta la miraba con altaneria: nada de
eso. Tratabala sin orgullo: sentia hacia ella un carino
[10] verdaderamente fraternal; comian juntas; rezaban juntas;
referianse sus cuitas; ayudabanse mutuamente en sus caridades
y en sus devociones, asi como en los negocios de la
casa... ipero fuerza es decirlo! siempre habia algo,
siempre habia una raya invisible, pero infranqueable, entre
[15] la senora improvisada y la senora antigua. Dona Perfecta
tuteaba a Maria, y esta jamas pudo prescindir de ciertas
formulas. Sentiase tan pequena la sobrina de D. Inocencio
en presencia de la amiga de este, que su humildad nativa
tomaba un tinte extrano de tristeza. Veia que el buen
[20] canonigo era en la casa una especie de consejero aulico inamovible;
veia a su idolatrado Jacintillo en familiaridad casi
amorosa con la senorita, y sin embargo, la pobre madre y
sobrina frecuentaba la casa lo menos posible. Es preciso
indicar que Maria Remedios se desenoraba bastante (pase
[25] la palabra) en casa de dona Perfecta, y esto le era desagradable,
porque tambien en aquel espiritu suspiron habia,
como en todo lo que vive, un poco de orgullo... iVer a
su hijo casado con Rosarito; verle rico y poderoso; verle
emparentado con dona Perfecta, con la senora!... iAy!
[30] esto era para Maria Remedios la tierra y el cielo, esta vida
y la otra, el presente y el mas alla, la totalidad suprema de
la existencia. Hacia anos que su pensamiento y su corazon
se llenaban de aquella dulce luz de esperanza. Por esto
era buena y mala, por esto era religiosa y humilde o terrible
y osada, por esto era todo cuanto hay que ser, porque sin 189
tal idea, Maria, que era la encarnacion de su proyecto, no
existiria.
En su fisico, Maria Remedios no podia ser mas insignificante.
[5] Distinguiase por una lozania sorprendente que aminoraba
en apariencia el valor numerico de
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