dama, poniendose seria,--esta 154
noche, cuando vaya usted a su casa, mandeme aca a
su hijo Bartolome para que se quede aqui. Necesito tener
buena gente en casa; y aun asi, bien podra suceder que el
[5] mejor dia amanezcamos mi hija y yo asesinadas.
--iSenora!--exclamaron todos.
--iSenora!--grito Caballuco levantandose.--?Eso es
broma o que es?
--Senor Vejarruco, Sr. Pasolargo--continuo la senora,
[10] sin mirar al bravo de la localidad;--no estoy segura en mi
casa. Ningun vecino de Orbajosa lo esta, y menos yo.
Vivo con el alma en un hilo. No puedo pegar los ojos en
toda la noche.
--Pero ?quien, quien se atrevera?...
[15] --Vamos--exclamo Licurgo con ardor,--que yo, viejo
y enfermo, sere capaz de batirme con todo el ejercito
espanol si tocan el pelo de la ropa a la senora....
--Con el Sr. Caballuco--dijo Frasquito Gonzalez,--basta
y sobra.
[20] --iOh! no--repuso dona Perfecta con cruel sarcasmo.--No
ven ustedes que Ramos ha dado su palabra al
Gobernador....
Caballuco volvio a sentarse, y poniendo una pierna sobre
otra, cruzo las manos sobre ellas.
[25] --Me basta un cobarde--anadio implacablemente el
ama,--con tal que no haya dado palabras. Quizas pase
yo por el trance de ver asaltada mi casa, de ver que me
arrancan de los brazos a mi querida hija, de verme
atropellada e insultada del modo mas infame....
[30] No pudo continuar. La voz se ahogo en su garganta y
rompio a llorar desconsoladamente.
--iSenora, por Dios, calmese usted!... Vamos...
no hay motivo todavia....--dijo precipitadamente y con
semblante y voz de afliccion suma D. Inocencio.--Tambien
es preciso un poquito de resignacion para soportar las 155
calamidades que Dios me envia.
--Pero ?quien... senora? ?Quien se atrevera a tales
vituperios?--pregunto uno de los cuatro.--Orbajosa toda
[5] se pondria sobre un pie para defender a la senora.
--Pero ?quien, quien?--repitieron todos.
--Vaya, no la molesten ustedes con preguntas
importunas--dijo con oficiosidad el Penitenciario.--Pueden
retirarse.
[10] --No, no, que se queden--manifesto vivamente la
senora, secando sus lagrimas.--La compania de mis buenos
servidores es para mi un gran consuelo.
--Maldita sea mi casta--dijo el tio Lucas, dandose un
punetazo en la rodill
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