a,--si todos estos gatuperios no son
[15] obra del mismisimo sobrino de la senora.
--?Del hijo de D. Juan Rey?
--Desde que le vi en la estacion de Villahorrenda y me
hablo con su voz melosilla y sus mimos de hombre cortesano--
manifesto Licurgo,--le tuve por un grandisimo... no
[20] quiero acabar por respeto a la senora.... Pero yo le
conoci... le senale desde aquel dia, y yo no me equivoco.
Se muy bien, como dijo el otro, que por el hilo se saca el
ovillo, por la muestra se conoce el pano, y por la una el leon.
--No se hable mal en mi presencia de ese desdichado
[25] joven--dijo la de Polentinos severamente.--Por grandes
que sean sus faltas, la caridad nos prohibe hablar de ellas y
darles publicidad.
--Pero la caridad--manifesto D. Inocencio con cierta
energia,--no nos impide precavernos contra los malos; y
[30] de eso se trata. Ya que han decaido tanto los caracteres
y el valor en la desdichada Orbajosa; ya que este pueblo
parece dispuesto a poner la cara para que escupan en ella
cuatro soldados y un cabo, busquemos alguna defensa
uniendonos.
--Yo me defendere como pueda--dijo con resignacion 156
y cruzando las manos dona Perfecta.--iHagase la
voluntad del Senor!
--Tanto ruido para nada.... iPor vida de!... iEn
[5] esta casa son de la piel del miedo!...--exclamo
Caballuco, entre serio y festivo.--No parece sino que el tal D.
Pepito es una _region_ (lease legion) de demonios. No se
asuste usted, senora mia. Mi sobrinillo Juan, que tiene
trece anos, guardara la casa, y veremos, sobrino por sobrino,
[10] quien puede mas.
--Ya sabemos todos lo que significan tus guapezas y
valentias--replico la dama.--iPobre Ramos, quieres
echartela de bravucon cuando ya se ha visto que no vales
para nada!
[15] Ramos palidecio ligeramente, fijando en la senora una
mirada singular en que se confundian el espanto y el respeto.
--Si, hombre, no me mires asi. Ya sabes que no me
asusto de fantasmones. ?Quieres que te hable de una vez
con claridad? Pues eres un cobarde.
[20] Ramos, moviendose como el que tiene por diversas partes
de su cuerpo molestas picazones, demostraba gran
desasosiego. Su nariz expelia y recogia el aire como la de un
caballo. Dentro de aquel corpachon combatia consigo
misma por echarse fuera rugiendo y dest
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