la huerta aquella tarde, parece evidente que no es
digno de mencion.
En la tarde del siguiente dia ocurrieron, si, cosas que no
[20] deben pasarse en silencio, por ser de la mayor gravedad.
Hallabanse solos ambos primos a hora bastante avanzada
de la tarde, despues de haber discurrido por distintos
parajes de la huerta, atentos el uno al otro y sin tener alma
ni sentidos mas que para verse y oirse.
[25] --Pepe--decia Rosario,--todo lo que me has dicho es
una fantasia, una cantinela de esas que tan bien sabeis
hacer los hombres de chispa. Tu piensas que, como soy
lugarena, creo cuanto me dicen.
--Si me conocieras, como yo creo conocerte a ti, sabrias
[30] que jamas digo sino lo que siento. Pero dejemonos de
sutilezas tontas y de argucias de amantes que no conducen
sino a falsear los sentimientos. Yo no hablare contigo mas
lenguaje que el de la verdad. ?Eres acaso una senorita
a quien he conocido en el paseo o en la tertulia y con la
cual pienso pasar un rato divertido? No. Eres mi prima. 49
Eres algo mas.... Rosario, pongamos de una vez las
cosas en su verdadero lugar. Fuera rodeos. Yo he venido
aqui a casarme contigo.
[5] Rosario sintio que su rostro se abrasaba y el corazon no
le cabia en el pecho.
--Mira, querida prima--anadio el joven,--te juro que
si no me hubieras gustado, ya estaria lejos de aqui.
Aunque la cortesia y la delicadeza me habrian obligado a hacer
[10] esfuerzos, no me hubiera sido facil disimular mi desengano.
Yo soy asi.
--Primo, casi acabas de llegar--dijo laconicamente
Rosarito, esforzandose en reir.
--Acabo de llegar y ya se todo lo que tenia que saber;
[15] se que te quiero; que eres la mujer que desde hace tiempo
me esta anunciando el corazon, diciendome noche y dia...
"ya viene, ya esta cerca; que te quemas."
Esta frase sirvio de pretexto a Rosario para soltar la risa
que en sus labios retozaba. Su espiritu se desvanecia
[20] alborozado en una atmosfera de jubilo.
--Tu te empenas en que no vales nada--continuo Pepe,--y
eres una maravilla. Tienes la cualidad admirable de
estar a todas horas proyectando sobre cuanto te rodea la
divina luz de tu alma. Desde que se te ve, desde que se te
[25] mira, los nobles sentimientos y la pureza de tu corazon
se manifiestan. Viendote, se ve una vida celes
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