Veinte anos brego con la fortuna su primo Anton, y, por no morirse de
hambre, anda hoy de triste marinero ganando un pedazo de pan por esos
mares de Dios. Bien cerca de tu casa tienes al pobre hijo de Pedro Gomez
esperando a que se le acabe la poca salud que trajo de las Indias al
cabo de quince anos de buscarse en ellas la fortuna, para que Dios le
lleve a descansar a su lado; pues ya, pobre y enfermo, ni vale para
apoyo de su familia, ni para el pueblo, ni para si mismo, que es lo
peor...; y bien reniega de la hora en que salio de su casa....
--iAnda, anda!...; iecha por esa boca desventuras y lastimas! ?Por que
no te acuerdas del hijo del Manco y de el del alguacil, que dicen que
gastan coche en la Habana y que estan tan ricos que no saben lo que
tienen?
--iMal ano para ellos, que dejan morir de miseria a sus familias que se
arruinaron por embarcarlos, y ni siquiera se acuerdan de la tierra en
que vieron el sol! ... mucho quiero a ese pobre hijo que se va a ir por
ese mundo; pero antes que verle manana sin religion, olvidado de su
familia y de su tierra (Dios me perdone si en ello le ofendo), quisiera
la noticia de que se habia muerto.
--Vaya, Nisca, que hoy te da el naipe para sermones de animas....
Todavia me has de hacer ver el asunto por el lado triste.
--iDichoso de ti, Nardo, que no le has visto ya!
--No seas tonta, que yo no puedo ver esas cosas como tu las ves....
Porque este lugar haya sido poco afortunado para los indianos....
--Calcula tu como andaran los demas ... cuando en este rincon solo hay
tanta lastima. iAy, Nardo!; aunque yo no lo tocara con mis manos ni lo
viera con mis ojos, los consejos de don Damian, con la experiencia que
tiene, serian de sobra para que yo llorara al echar, sola por el mundo,
a esa pobre criatura.
La salida de Andres interrumpio este dialogo. Traia puesto su traje de
camino, nuevo tambien, pero de corte mas humilde que el que se habia
quitado para que su hermana se le guardase.
Tia Nisca se enjugo apresuradamente los ojos al ver a su hijo, y plego
con esmero sobre sus rodillas la camisa que habia concluido.
Toda aquella tarde se invirtio en arreglar el equipaje de Andres, y al
anochecer se rezo el rosario con mas devocion que nunca, pidiendo todos
a la Virgen, con esa fe profunda y consoladora de un corazon cristiano,
amparo para el que se iba, y, para los que se quedaban, resignacion y
vida hasta volver a verle.
III
Ahora, si el lector lo con
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