n anadir que todos los cuadros de este libro que no
lleven su fecha al pie, o alguna advertencia que indique lo contrario,
son de la edicion de 1864, queda advertido cuanto tenia que advertir al
publico en este lugar su muy atento y obligado amigo_,
J.M. DE PEREDA.
Septiembre de 1885.
SANTANDER
(ANTANO Y OGANO)
I
Las plantas del Norte se marchitan con el sol de los tropicos.
La esclavizada raza de Mahoma se asfixia bajo el peso de la libertad
europea.
El sencillo aldeano de nuestros campos, tan risueno y expansivo entre
los suyos, enmudece y se apena en medio del bullicio de la ciudad.
Todo lo cual no nos priva de ensalzar las ventajas que tienen los
_Carmenes_ de Granada sobre las estepas de Rusia, ni de empenarnos en
que usen tirillas y fraque las kabilas de Anghera, y en que dejen sus
tardas yuntas por las veloces locomotoras nuestros patriarcales
campesinos....
Pero si me autoriza un tanto para reirme de esas largas disertaciones
encaminadas a demostrar que los nietos de Cain no supieron lo que era
felicidad hasta que vinieron los fosforos al mundo, o, mejor dicho, los
fosforeros, o como si dijeramos, los hombres de ogano.
Y me rio muy descuidado de la desdenosa compasion con que hoy se mira a
los tiempos de nuestros padres, porque estos, en los suyos, tambien se
reian de los de nuestros abuelos, que, asimismo, se rieron de los de sus
antepasados; del mismo modo que nuestros hijos se reiran manana de
nosotros; porque, como es publico y notorio, las generaciones, desde
Adan, se vienen riendo las unas de las otras.
Quien hasta hoy se haya reido con mas razon, es lo que aun no se ha
podido averiguar y es probable que no se averiguee hasta que ria el
ultimo; pero que cada generacion cree tener mas derechos que ninguna
otra para reirse de todas las demas, es evidente.
He dicho que el hombre se rie de cuanto le ha antecedido en el mundo; y
he dicho mal: tambien se rie de lo que le sigue mientras le quedan
mandibulas que batir.
Resultado: que el hombre no halla bueno y tolerable sino aquello en que
el toma parte, o en que la toman los de su lechigada. Mientras es actor
en los sucesos del siglo en que nace, todo va bien; pero desde el
momento en que, gastado el eje de su vida, se constituye en mero
espectador, nada es de su agrado.--Abrid la historia de las pasadas
sociedades; leed al filosofo critico mas reverendo, y le vereis mientras
se jacta de haber dado ensanche al patrimonio r
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