ndo con la luz que han dado a los primeros las
prerrogativas de los segundos y dejando las fortunas como estaban, han
hecho pobres orgullosos, y ricos que a ciencia y conciencia son sordos a
la voz del infortunio, y ciegos al aspecto de la miseria.... iLuces,
ilustracion!...; todo estaria bien si a su claridad hallase pan el
hambriento y abrigo el que tirita de frio; pero, desgraciadamente, la
tan decantada luz solo sirve para hacer mas patentes la miseria y la
opulencia, y mas insoportable para el pobre este eterno contraste.... Si
esto es una preocupacion mia, que lo diga la historia politica y social
de Europa de algunos anos a esta parte. El mismo tiempo hace que le
dijeron al hombre desheredado de la fortuna: "no tienes oro, pero tienes
derechos que conquistar, que al fin te valdran oro"; y desde entonces se
esta rompiendo el bautismo en las calles, detras de las barricadas, para
que se los arrebate el mismo que le provoca a la lucha; para no dejar de
ver, ni por un solo instante en la sociedad, junto a uno que se muere de
hambre, otro que revienta de harto. ?Que es esto, amigo mio? Pues todo
ello ya lo teniamos nosotros sin tanta musica ni tanto cacareo de
dignidad y de derechos; y aun teniamos mas, porque con la misma
desigualdad de fortunas, habia buena fe en los de arriba y resignacion
en los de abajo. Resultado: que habia paz en los pueblos, alegria en los
hogares, y grandes virtudes en el corazon. Ahora, si estas menudencias
no valen nada para ustedes, la cuestion cambia de aspecto; y si el
destino del hombre sobre la tierra es otro que hacer risueno y apacible
el grupo de una familia cobijada al calor del hogar domestico, confieso
sin repugnancia que nuestras patriarcales costumbres fueron un borron
que mancho a la humanidad en los tiempos del llamado obscurantismo.
Aqui don Pelegrin se limpio los labios con su panuelo, arreglo la capa
sobre las rodillas, saco la caja de rape y tomo un polvo con marcial
desenfado. En vano le llame al orden y le rogue que continuase
hablandome de la tertulia de Su Ilustrisima: le habia tocado su cuerda
mas sensible, y, como siempre, se engolfo entre sus rancias memorias: no
halle medio de dirigirle una pregunta sin obtener por respuesta
parrafadas como la anterior. En vista de ello, supuse una ocupacion
urgente, despedime de el y sali del cafe, haciendo que me reia de sus
lucubraciones, o, lo que es lo mismo, comentando la sesion en terminos
iguales o parecidos a los que han
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