lguna se fundaron los _academicos_ de mi lugar para
llamar a dicha ceremonia _mojar el asunto_.
No vale en el dia de manana, para disfrutar pacificamente la posesion de
lo comprado, restregar los hocicos del vendedor con la resellada
escritura de legitima pertenencia, que si ante la ley le asegura en la
posesion, no es suficiente, sin embargo, para librar al poseedor de un
litigio cada semana, en el que, por lo menos, pierda la paciencia, amen
de algunos dinerillos que suelen irse en pos, por via de procuracion,
asesoramiento y demas adminiculos de que es costumbre proveer a todo
aquel que tiene la mala humorada de pesar sus derechos en la prudente
balanza de Astrea. No hay, pues, titulo de propiedad que valga, si falta
la fe de _bautismo_, el _fiat_ del tabernero mas proximo, LA ROBLA[1],
para decirlo de una vez.
El origen de esta ceremonia no consta en las cronicas montanesas, porque
se pierde en la antigueedad de la aficion de los montaneses al acre mosto
riojano[2].
Su definicion precisa tampoco es facil sin que se me olvide algun rasgo
grafico de ella; por lo cual juzgo de rigor que nos traslademos
adondequiera que se _eche_ una..., y alla nos vamos.
Raro es el colono montanes que al poco tiempo de establecido no posea,
como producto de sus _aparcerias,_ una pareja apta para las labores del
campo, algun novillo _uncidero_, es decir, capaz de ser uncido, o
cualquiera otra res vacuna; pero en absoluta propiedad y sin que el
arrendador de sus haciendas tenga que intervenir en su venta, cambio o
emparejamiento; casos en los cuales el colono, por lo que le va en ello,
pone los cinco sentidos y emplea la mayor solemnidad posible. Tras ella
va siempre la robla.
Luego vamos a una feria.
El lugar de ella queda a eleccion del lector, pues, gracias a Dios,
abundan aqui como los helechos. Abran ustedes un calendario, y donde
topen con su santo, catense una feria. En este dichoso pais, el dia que
no es de fiesta tiene mercado; de los restantes del ano, los unos marcan
feria, y los otros romeria.
Elegido el punto mas cercano, tuvo que ser, por precision, un pequeno
bosque de cajigas o de castanos, verde, fresco, frondosisimo, bello como
es la naturaleza aqui hasta en su menor detalle.
Estamos ya bajo el tupido follaje.... Cierra, lector, los ojos por un
momento. ?No te crees transportado, en una serena noche de verano, a la
orilla de una inmensa charca, y jurarias que sus ranas, en numero
infinito, cantan todas
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