entes que contenia, hasta dar con
un edicto del Santo Oficio, escrito en recio papel de Genova y
encabezado con la consabida formula de "_Nos los Inquisidores de la
Fe contra la heretica bravedad etc_". Algun tiempo tarde en
descifrar su contenido, sacando en conclusion, que el 15 de Agosto
del ano de 1614, fue denunciado como brujo, ante el Santo Oficio de
la Inquisicion, el Senor don Joaquin de Herrera Goya, dueno de la
"Hacienda de Moler azucar de San Francisco Xavier, Obispado de la
Puebla de los Angeles". El temido tribunal citaba a dicho senor a
comparecer ante el, por tan horrible cargo, y, en caso de hallarse
culpable, sufrir la pena consiguiente.
--iMal lo pasaria Herrera Goya en el Santo Oficio! exclame, al
terminar la lectura del documento.
--No comparecio, dijo Antonio. El dia en que recibio este edicto,
murio.
--iComo! ?De que manera?
--Yo creo que murio de viejo,--tenia ochenta anos,--o del susto de
hallarse en tan apurado trance; aunque te dire, puesto que todo
quieres saberlo, que hay quien dice que su muerte fue tragica. Este
Herrera Goya, segun parece, era un ente raro, sobre todo para su
epoca. Solia hacer experimentos con yerbas, coleccionaba insectos, y
tenia hasta medio centenar de gatos, que lo seguian por todos lados.
No dejo de causarme desagradable sorpresa este extremo, que
relacione en seguida con el misterio que deseabamos aclarar.
--Comprendo tu sobresalto, continuo Antonio. Y has de saber que,
segun la tradicion entre la gente de esta hacienda, Herrera
Goya,--el Amo Viejo, como le llaman,--maltrataba sobremanera a su
extrano sequito; es mas, lo martirizaba a cada momento. Y aseguran
que, cuando murio, fue porque todos sus gatos se le echaron encima,
clavandole las unas en el cuello, y desgarrandole la garganta en
girones, hasta dejarlo, despues de horribles sufrimientos, exanime
en un charco de su propia sangre.
Refiriome luego como el Santo Oficio de la Inquisicion prohibio que
se enterrase a Herrera en lugar sagrado y como fue inhumado el
sangriento cadaver en la huerta, en donde marcaba su sepultura lo
que yo habia confundido con un asiento.
En la tarde de ese dia emprendimos el regreso a Mexico, y durante
todo el trayecto, no pude distraer de mi mente el suceso que tanto
me habia impresionado. Al llegar a la ciudad, mande decir misas por
el alma de aquel "amo viejo", a quien se le nego cristiana
sepultura, aunque la hallo poetica, cobijada por manglares y
palmeras,
|