en varas de elevacion forman una
perpetua boveda de verdura, frecuentemente esmaltada con los mas vivos
colores ya de las flores purpurinas, de que algunos arboles se hallan
enteramente revestidos, ya de las enredaderas, que caen como cabelleras
hasta el suelo. Alli es donde infinitas especies de higueras, de
nogales, y de moreras se confunden con una muchedumbre de arboles, cada
uno de los cuales representa un verdadero jardin botanico por las
plantas parasitas que los cubren. Debajo de este primer rango, y como
protegidos por el, se elevan a la altura de veinte a treinta varas los
troncos delgados y derechos de las palmeras, cubiertas de un follage muy
vario en sus formas, y de racimos de flores o de frutos que cortejan a
porfia los pajaros mas bellos. Mas abajo, todavia, crecen, como de tres
a cuatro varas de alto, otras palmas algo mas delgadas que las primeras,
y a las que el menor soplo de viento echaria por tierra; pero los
aquilones solo agitan la cima de los gigantes de la vegetacion, los que
rara vez permiten que algunos rayos de sol puedan llegar basta el suelo,
el cual se halla tambien adornado con las plantas mas variadas,
miscelanea de helechos elegantes a hojas recortadas, de pequenas palmas
con hojas enteras, y sobre todo de marrubios de una levedad y delicadeza
extraordinarias. No se halla un tropiezo debajo de esta sombra perpetua,
pudiendo uno recorrer todos los puntos sin ser molestado por los espinos
y las zarzas. ?A quien le fuera dado pintar este admirable espectaculo,
y exprimir las sensaciones que el infunde? El viagero se siente
transportado, su imaginacion se exalta; pero, si despertando de su
arrobamiento desciende dentro de si mismo, y osa medirse en cotejo con
una creacion tan imponente, cuan nulo y exiguo se encuentra! iY cuanto
entonces, por la conciencia de su pequenez y de su debilidad en
presencia de tamanas grandezas, viene a desmayar su orgullo!
Dejando estas bellisimas comarcas, di principio a mi ascension sobre las
montanas por entre mil precipicios, y a medida que me levantaba, veia
cambiar rapidamente a la naturaleza de forma y de aspecto. Los arboles
que se encumbraban hasta el cielo, las elegantes palmeras, y demas
plantas arboreas iban desapareciendo poco a poco: unos y otros eran
reemplazados por los zarzales, luego por algunas plantas gramineas, y
finalmente la nieve habia sucedido a los encantadores sitios de las
regiones calidas, que alborozan con su algazara mil pintados
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