. El segundo grupo, colocado en el
centro y sobre un ligero promontorio de greda rojiza, esta de la otra
parte del rio, y encierra la casa consistorial, la iglesia parroquial y
el convento de los franciscanos, cuya fachada que mira al este, da sobre
una plaza en la que los lados norte y sud se componen de varios
edificios, y la parte del este, frontera al convento, de una serie de
casas habitadas por los indigenas: estas casas, cada una de las cuales
tiene una sola puerta y como de quince a veinte varas de largo, se
hallan colocadas sobre la colina en forma de anfiteatro, de suerte que
desde el convento se descubre todo cuanto pasa en el interior de ellas.
Tal era el modo como las habian dispuesto los franciscanos, con el
objeto de estar a la mira de todos los pasos de los indios, y de poder
velar sobre sus acciones. En aquel entonces, los comerciantes que venian
a la provincia, estaban obligados a hospedarse en el convento para
efectuar sus trueques en presencia de los religiosos. Un arroyo separa
esta segunda parte, del tercer grupo que se encuentra situado sobre el
camino de Aten, y dispuesto en el mismo orden que acabamos de ver en
aquella.
La temperatura de Apolo es agradable y sana; sin embargo, como sus
llanuras dejan libre acceso a todos los vientos, el aire viene a ser mas
seco que en Santa-Cruz. Alli se cultivan los mismos frutos que en los
otros distritos; pero la coca es el solo objeto importante del comercio
de trueque. Tambien hay en Apolo como de dos mil a dos mil quinientas
cabezas de ganado, y si fuesen sus habitantes algo mas hacendosos y
prolijos, tendrian ciertamente todo genero de bienes en abundancia. Un
solo hecho bastara para justificar este aserto, por lo tocante a la gran
procreacion de los ganados. Un indio llamado Pedro Chambi, habia reunido
con el producto de su industria unas quince vacas, a cuya cria
dedicandose luego con esmero, llego de tal modo a multiplicarlas, que
fuera del gran numero vendido por el mientras vivio, aun dejo en 1828,
al terminar sus dias, como mil cabezas. Se ve pues que con algun cuidado
las llanadas y las colinas podrian facilmente cubrirse de ganados, tanto
vacunos como lanares, y aun acaso de caballares. Seria igualmente
posible que las montanas de Altuncama, en vista de su elevacion,
produjesen la vina y las papas.
La estraccion de la cascarilla ha modificado algun tanto la manera de
ser de estos habitantes, ensenandoles a estimar el valor positivo de las
cos
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