nacion quichua, tres mil
setecientos diez y seis a la nacion apolista, y cuatro mil ciento
sesenta y uno a la nacion tacana. Si se agregan a estas cantidades como
tres mil indigenas, todavia salvages, que habitan hacia el norueste,
hacia el norte y hacia el nordeste de Tumupaza y de Cavinas, resultara
un total general de trece mil seiscientas sesenta y cuatro almas.
Las tres lenguas primitivas de la provincia se hablan aun en ella por
todas partes: asi en Suches, Pelechuco, Pata y Moxos los habitantes se
entienden solamente en quichua; los de Apolo y Santa-Cruz de Valle-Ameno
siguen espresandose en apolista; mientras que en Aten, y en todos los
pueblos interiores, la lengua tacana es la sola que esta en uso. Como
los franciscanos tenian precision de comunicarse continuamente con los
indigenas, en cada poblacion se encuentran interpretes, a mas de que las
relaciones comerciales, debidas al acopio de la cascarilla, iran
contribuyendo poco a poco a generalizar el uso del castellano entre los
indios, que no dejan ya de comprender algunas palabras.
Estos indigenas, generalmente hablando los mas dociles, se sujetan, sin
quejarse jamas, a las leyes que se les impone, siendo al mismo tiempo
aptos para todo, tanto por su caracter, como por la facilidad de
comprension que es en ellos natural. Lo que dejo dicho en el detalle de
cada parroquia bastara para dar una idea de sus costumbres y de sus
habitos; podria solamente anadir que los Caupolicanos son todos pobres,
sin que los aflija semejante pobreza, pues que poseen lo necesario para
alimentarse a saciedad y para vestirse y procurarse algunos placeres, no
pudiendo inquietarlos por otra parte el porvenir de sus hijos, en el
seno de esa naturaleza tan fertil. Su pobreza relativa es una verdadera
riqueza en el actual estado de cosas; pues icomo desear los objetos de
que no se tiene la menor idea! ?y porque trabajar mas de lo que es
preciso para procurarse las pocas cosas que les son hoy en dia
conocidas? El espiritu de posesion de riquezas, y de ir haciendo acopio
de medios para procurarse en el porvenir toda especie de goces, es ya,
por decirlo asi, un principio de civilizacion desconocido para los
pueblos que se aproximan, tanto como el de Caupolican, al estado
primitivo. El unico modo de remediar esa apatia natural, esa indolencia
que se les echa en cara a todas las naciones todavia medio salvages, es
hacer nacer entre ellas, por la frecuencia de relaciones comerciales,
las
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