necesidades que les son hasta el presente desconocidas. En seguida,
el deseo de satisfacerlas, determinara necesariamente los esfuerzos del
trabajo, con el que se han de proporcionar los medios.
Debe decirse, en elogio del caracter de estos habitantes, que todos
ellos se consideran como si perteneciesen a una misma familia, viviendo
en la mas estrecha fraternidad: asi, por ejemplo, cuando hay alguno cuya
cosecha llega a ser insuficiente para su provision del ano, solicita
como una cosa muy natural el ausilio de su vecino, quien con la mayor
buena voluntad del mundo parte con el todo cuanto posee. Contando pues
con los suyos, jamas un indigena pide a los estrangeros la mas minima
cosa. Si dan ellos tan generosamente a sus compatriotas lo necesario a
la subsistencia, no se hallan menos dispuestos a prodigar lo superfluo a
los que son sus amigos.
El abuso de las funciones, que con motivo del gran numero de
festividades religiosas ha introducido el clero en Caupolican, lo mismo
que sobre el llano boliviano, es sin duda la causa principal de la ruina
y del desorden. Si en semejantes dias los indigenas de los _pueblos
interiores_ se contentan con ataviarse grotescamente y llevar sobre sus
personas los variados plumages de los pajaros de sus florestas, sin
beber otra cosa que la _chicha_, liquido fermentado, hecho de yucas, el
cual ni es muy fuerte ni pernicioso, no sucede asi con los naturales de
Caupolican, que vestidos con igual estravagancia hacen uso del
aguardiente, ocasionandoles esta bebida grandes gastos al mismo tiempo
que la perdida de su salud. Por otra parte, estas festividades
religiosas (durante las cuales se ocupan continuamente en beber con sus
amigos, pasando asi muchos dias consecutivos) son tan multiplicadas, que
casi no les queda tiempo para la labranza y demas faenas agricolas,
resultando naturalmente de todo esto grandisimos desordenes.
_Insalubridad de la provincia._
La provincia de Caupolican es generalmente muy sana: jamas se han
esperimentado en ella epidemias, y hasta las enfermedades endemicas son
raras, o se hallan confinadas en puntos muy limitados. Decimos esto,
porque las dos unicas pestes, que por ahora perjudican al aumento de la
poblacion, pueden desaparecer tan luego como se quieran aplicar algunos
remedios. La introduccion de la vacuna llegara facilmente a estirpar la
primera de estas pestes, que son las viruelas. La segunda, que hace sus
estragos en el interior, es ocasionada por
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