hes, y cuando llegaron con los azadones al techo de la primera casa,
oyeron canticos que se respondian unos a otros. Eran las voces de los
amigos cuya perdicion se consideraba segura. Sus moradas habian
resistido al violento choque, y habia bastado para respirar el aire que
contenian. Durante su cautiverio, habian pasado el tiempo estableciendo
comunicaciones de casa en casa y abriendo un tunel de salida, mientras
cantaban para animarse a trabajar.
Cuando desaparecen los bosques protectores, es muy dificil sustituirlos.
Los arboles crecen lentamente, sobre todo en las montanas, pero en los
caminos del alud no nacen. Verdad es que a fuerza de trabajo se podria
sujetar a la nieve en las altas pendientes y precaver asi el desastre de
su desplomo a los valles. Podria cortarse la pendiente en gradas
horizontales donde tendrian que detenerse las capas de nieve como en los
peldanos de una gigantesca escalera; tambien podrian sustituirse los
troncos de los arboles con hileras de estacas de hierro y empalizadas
que evitaran el resbalar de las masas superiores. Todas esas tentativas
las ha coronado feliz exito, pero en valles habitados por poblaciones
numerosas y ricas. Aldeanos pobres (como no les ayudara toda la
sociedad), no pueden pensar en esculpir de nuevo el relieve de la
montana y los aludes continuaran precipitandose sobre sus praderas por
el camino acostumbrado. Tienen que limitarse a proteger sus casucas con
enormes espuelas de tierra que rompen la fuerza de la nieve desprendida
y la obligan a dividirse en dos corrientes, siempre que la nieve no baje
en masa lo bastante poderosa para destruirlo todo con su impetu.
De todos los destructores de la montana, el mas energico es el alud.
Arrastra tierras y rocas como lo haria un torrente desbordado; hay mas:
por la fusion gradual de las nieves que forman sus capas inferiores,
diluye tanto la tierra, que la convierte en un lodo blanco, hendido por
profundas grietas y que se hunde por su propio peso. El terreno adquiere
fluidez hasta grandes profundidades y se escurre a lo largo de las
pendientes, llevandose consigo no solo veredas y fragmentos de roca
sueltos, sino hasta casas y bosques. Lienzos enteros de montana,
empapados por la nieve, han resbalado asi en conjunto con campos,
pastos, bosques y habitantes; amontonandose y penetrando lentamente en
el suelo con el agua producida por su fusion, la nieve basta para
demoler una montana. En primavera, cada quebrada pone de man
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