a un poder que
no te pertenece, y que no te ha sido
prestado sino para someterte algun
dia al mio, vengo por un momento
a reunirme a los espiritus debiles
que doblan aqui su rodilla; vengo
a hablar a un ser tal como tu. ?Que
me quieres pues, criatura de barro?
?que me quieres?
LOS SIETE ESPIRITUS.
La tierra, el Oceano, el aire, la
noche, las montanas, los vientos y
el astro de tu destino estan a tus
ordenes. Hombre mortal, sus espiritus
esperan tus deseos. ?Que quieres
de nosotros, hijo de los hombres?
?que quieres?
MANFREDO.
El olvido.
EL PRIMER ESPIRITU.
?El olvido de que?
MANFREDO.
De lo que esta dentro de mi corazon.
Leedlo, vos lo sabeis bien y
yo no puedo esplicarlo.
EL ESPIRITU.
Nosotros no podemos darte sino
lo que poseemos. Pidenos vasallos,
una corona, el trono del mundo o
de uno de sus imperios; pidenos una
senal con la cual gobernaras a los
elementos que nos obedecen; habla,
tu puedes obtenerlo todo.
MANFREDO.
El olvido; iel olvido de mi mismo!
?No podreis encontrar lo que
pido en las regiones secretas que me
ofreceis tan liberalmente?
EL ESPIRITU.
Esto no existe en nuestra esencia,
ni en nuestra sabiduria; pero ... tu
puedes morir.
MANFREDO.
?La muerte me lo concedera?
EL ESPIRITU.
Nosotros somos inmortales, y no
olvidamos nada, somos eternos, y
para nosotros lo pasado y lo venidero
son como lo presente: ved
nuestra respuesta.
MANFREDO.
Esto es burlarse de mi; pero el poder
que os ha conducido a mi presencia
os ha puesto bajo mi disposicion.
Esclavos, no hay que hacer mofa de
las voluntades de vuestro senor. El
alma, el espiritu, la chispa celeste,
la luz de mi ser, tiene la misma brillantez
y la misma penetracion que
las vuestras, y no cedera jamas
aunque se halle encerrada en una
prision de barro. Respondedme, o
sino sabreis quien soy.
EL ESPIRITU.
Nosotros repetiremos las mismas
palabras; lo que acabas de decir
puede ser tambien nuestra respuesta.
MANFREDO.
Esplicaos.
EL ESPIRITU.
Si como tu dices, tu esencia es
semejante a la nuestra, te hemos
respondido, diciendo que lo que
los hombres llaman la muerte no
tiene ningun poder sobre nosotros.
MANFREDO.
Sera pues en vano que os haya
invocado en vuestras moradas; vosotros
no quereis o no podeis socorrerme.
EL ESPIRITU.
Habla, te ofrecemos todo lo que
poseemos: piensa bien en ello antes
de despedirnos y pide. ?Quieres un
rei
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